El Real Oviedo continúa con velocidad de crucero
El equipo asturiano se impuso con claridad y sueña
Tarde de gala en el Tartiere para asentarse en los puestos de playoff a Primera. Los de Ziganda viven en una nube y un clima de optimismo. Aunque aún queda por certificar la permanencia, que llegó a peligrar, finalmente el conjunto entrenado por Etxebarria, renovado hasta 2023, ha remontado el vuelo. El Mirandés ya se centra en confirmar matemáticamente la salvación. Algo que tendría que esperar un poco más tras caer con contundencia ante un Oviedo que ha metido la directa hacia el Playoff y el ascenso.
Primera ocasión clarísima del Oviedo. Recibió Sangalli solo en banda derecha y llegó hasta el área, disparando cruzado cerca del palo. En los primeros compases el Real Oviedo estaba jugando con cabeza, no presionando al Mirandés, manteniendo sus líneas. Los carbayones acumulaban los acercamientos de peligro al área en el primer tramo de partido, gracias en parte a los regalos jabatos, por lo que no es de extrañar que los de Ziganda no tardasen en abrir el marcador. Lo hizo Obeng en el 13′. Nueva pérdida atrás del Mirandés tras un pase de García y la robó Sangalli para ponérsela en carrera a Obeng, que esta vez sí logró anotar tras batir, con un disparo roscado con la izquierda, a Lizoain dentro del área.
Después de haber tenido varias ocasiones claras, los de Ziganda lograban abrir el marcador, aprovechándose de los regalos del Mirandés. Tras el tanto, los azules dieron un paso atrás en el campo, permitiendo que el cuadro visitante ganase metros, embotellando a los locales en su campo. Los asturianos dejaban hacer a los burgaleses que no encontraban los espacios para poner el empate. Intentaba el Mirandés despertar y rondaba un poco el área rival, aunque el Oviedo se defendía bien y no dejaba que hubiese acercamientos a su portería. Con el 1-0 se llegaba al descanso.
Ya en el segundo tiempo, el Oviedo ampliaba distancias en el marcador con el segundo gol. El VAR avisó al colegiado y este tras revisarlo pitó penalti al interpretar que Sáenz derribaba a Sangalli. Fue Bastón, el máximo goleador, el encargado de definir a la perfección para marcar el segundo. Engañó con su disparo con la derecha a Raúl Lizoain, asegurando el tanto con el interior del pie. La jugada se generó con un centro de Pierre que peinó dentro del área Obeng, para el control de Sangalli, que fue arrollado por el defensor burgalés.
Gol de la tranquilidad aunque el Mirandés no entregaba el partido, y buscaba recortar distancias. David Costas estuvo atento para sacar el balón del área, y evitar la progresión de los burgaleses. Poco después, ocasión jabata que se marchaba al limbo. Varias combinaciones en la frontal pero ni Camello ni Riquelme llegaron a disparar ante la presión del Oviedo. Un Oviedo que tenía controlado el partido y no pasaba apuros.
En los últimos compases del duelo, seguía buscando la portería de Raúl Lizoain el Real Oviedo. El centro al área de Carlos Isaac no lo quiso definir Borja Sánchez, que buscó la asistencia para un compañero. Al tiempo de añadido se llegaba con fiesta en la grada conscientes de que el equipo está viviendo un momento de la temporada que hace soñar con algo más