El Nàstic funde el queso mecánico
Un gol en propia en el tiempo extra le dio los tres puntos al Nàstic después de resistir el incesante asedio del Albacete
El Club Gimnàstic de Tarragona padece de anosmia. Se enfrentó a un ‘queso mecánico’ intenso, fuerte, capaz de derribar hasta las narinas más entrenadas, pero siguió en pie. Daba igual que fuera Manu Fuster, Rubén Martínez o Dani González el encargado de traer las muestras a la mesa, que el guardameta grana Manu García seguía impasible a pesar del penetrante aroma manchego. Sin saber cómo, el conjunto tarraconense consiguió mantener la portería a cero en su visita al Carlos Belmonte. Y una vez finalizado el tiempo reglamentario, un remate desviado de Pedro del Campo terminó entrando en la portería del Albacete sin saber cómo. Cuando menos plausible parecía, el Nàstic se reengancha en la pugna por hacerse con la última plaza de los playoffs. El Albacete, en cambio, prácticamente se despide de las posibilidades de subir por el ascensor. Sin saber cómo.
Planteamientos distintos
Los principados de Albacete y Andorra se enfrascaron en una virulenta y sanguinaria contienda la semana pasada para alcanzar la vacante corona de Primera RFEF. El ejército quesero cayó derrotado, sintiéndose inferior en todo momento. Cabizbajos y conscientes de que sus opciones de hacerse con el trono real son cada vez más ínfimas, los guerreros manchegos regresaron a su tierra sabiendo que no pueden cometer ni un solo error más. Por ello, el general Rubén de la Barrera introdujo una serie de cambios en su escuadra. La principal novedad la protagonizaba Emiliano Gómez, extremo uruguayo que no partía de inicio desde el 6 de noviembre. Desde entonces, el máximo fútbol del que había disfrutado fueron 19 minutos contra el Barça ‘B’. Junto a él, regresaron Boyomo y Riki en el once titular, este último, en detrimento de Alberto, lo que provocó el lamento de los aficionados del Carlos Belmonte.
Las tropas granas llegaban después de arrollar sin compasión al Linense en Tarragona. Fiel al dicho de que lo que funciona no se debe tocar, Raül Agné optó por introducir una solitaria modificación a su esquema, que ni siquiera correspondía a su voluntad. Aythami Artiles fue el hombre elegido para sustituir a Álex Quintanilla, baja por sanción, aunque llevaba casi dos meses alejado del césped.
Visitando la fortificación
Anhelando reengancharse a la zona de ascenso, el Nàstic se lanzó a por sus oponentes desde el pitido inicial como si perros de presa fueran. En apenas segundos, obligaron al escuadrón manchego a replegarse alrededor de la zona de seguridad que aportaba su capitán, Bernabé Barragán, conocedor de los estratagemas catalanes. Después de cinco minutos de asedio constante, Pablo Fernández perdonó la oportunidad de abrir un boquete en la cerca del Albacete. Su testarazo, a centro de Aythami, salió lamiendo la estaca. Con un estilo directo y profundo, los pupilos de Raül Agné parecían saber cómo hacer daño, pero no tardaron en regresar a la comodidad de la muralla romana.
Con el paso del tiempo, fue el Albacete el que, con un juego combinativo, se hizo dueño del esférico, pero la defensa tarraconense no le dejaba espacio para respirar. Tuvieron que atacar desde la lejanía, pero, este domingo, tanto Rubén Martínez como Fran Álvarez trajeron arcos y flechas en lugar de cañones. Manu García, muy seguro bajo los tres palos, consiguió repeler toda opción de peligro. La aproximación más clara de los manchegos ocurrió a la salia de un córner. Tras un disparo mordido de Djetei, Rubén Martínez probó fortuna con una chilena que visitó a los espectadores de la segunda fila. Al puro estilo de Sanji con su Diable Jambe, el ’23’ del ‘Alba’ no solo golpeó el cuero, sino también a Aythami y a Pablo Fernández.
Camembert
Si en lugar de balompié esto fuera un deporte de contacto, el Albacete se hubiese ido al descanso con una ligera ventaja en las cartulinas de los jueces gracias a su mayor agresividad. No obstante, Rubén de la Barrera no estaba dispuesto a ceder el destino a los puntos. El ‘queso mecánico’ salió del túnel de vestuarios con el objetivo de noquear a su oponente y, apenas segundos después del pitido inicial, Manu Fuster desaprovechó una ocasión de oro. Julio Alonso penetró en el área por la banda izquierda, dejó el balón atrás y el ’10’, llegando desde la segunda línea, completamente libre de marca, envió la pelota a las nubes.
Sin embargo, cada golpecito va desgastando una muralla. Piedra a piedra, se va desintegrando. Y las flechas que habían impacto en la primera mitad en la fortificación tarraconense ya habían provocado una herida en la que hurgar. Un tiro blando de Riki en el minuto 54 fue sucedido por las dos aproximaciones más claras del partido. Primero, Julio Alonso dejó pasar un balón servido desde la derecha que recibió Dani González, recién ingresado al terreno de juego. Tras deshacerse de su marcador con un sutil recorte, disparó a bocajarro ante Manu García, pero el guardameta grana sacó una mano providencial para mantener el empate.
Instantes después, un pase filtrado de Fran Álvarez dejó vía libre a Manu Fuster para encarar la portería, pero una vez situado frente a frente con el cancerbero del Nàstic, cuando lo tenía todo de cara para marcar, sin que nadie le hiciera sombra, cruzó demasiado su remate, que se estrelló contra el palo. Hasta tres ocasiones claras había tenido el Albacete en los 10 primeros minutos de la segunda mitad, pero los pupilos de Raül Agné, sin saber cómo, seguían con vida.
Queso fundido
Juan Camilo Becerra y Fran Carbia, entrados en el campo en la segunda parte, fueron los únicos hombres del Nàstic capaces de inquietar a Bernabé Barragán. No obstante, la ocasión más clara de la recta final llegó de las botas del ‘queso mecánico’. Alberto tiró a quemarropa ante Manu García desde dentro del área, pero el portero consiguió bloquear el peligro una vez más.
Cuando el cuarto árbitro enseñó el cartel anunciando que se añadían cinco minutos extra, se obró el milagro. Carlos Albarrán sacó de banda con una potencia anómala. La defensa intentó rechazar el esférico, pero este cayó a pies de Pedro del Campo. El mediocentro chutó muy desviado, pero la trayectoria impactó en la pierna de Emmanuel y la pelota se introdujo en la portería defendida por Bernabé. Sin aviso previo, el Nàstic se ponía por delante en el marcador en el último suspiro. Un remate de Djetei ya solo serviría para inquietar a la defensa grana. Con este triunfo, los pupilos de Raül Agné se reenganchan con la zona de playoffs y se irán a cenar séptimos, con 55 puntos, los mismos que el Atlético Baleares, el último equipo con billete para la postemporada. Por su parte, el Albacete se mantiene en la tercera posición, con 64 puntos, pero ve como cada vez son más ínfimas las posibilidades de subir por la vía rápida.