El ‘mini submarino’ ya es plateado
El Villarreal 'B' certifica su ascenso a LaLiga Smartbank tras vencer al Nàstic con un doblete de Nicolas Jackson
El día 3 de junio de 2012, el Villarreal ‘B’ perdió ante el Deportivo de la Coruña en la Ciudad Deportiva. Concluyó la temporada en una meritoria duodécima posición, en medio de la tabla. Nada mal para un equipo tan joven e inexperto. No obstante, ese fue el último partido del filial groguet en Segunda División. El descenso del primer equipo supuso su automática caída a la categoría de bronce del fútbol español, un golpe del que tardaría en levantarse. Hasta este sábado.
Una década más tarde, el ‘mini submarino’ regresó al balompié profesional. Tras una temporada prácticamente perfecta, una mala recta final le relegó al subcampeonato del grupo II de Primera RFEF. No obstante, cuando más caro se pagaba el error, los de Miguel Álvarez no fallaron Un doblete de Nicolas Jackson sirvió para tumbar al Gimnàstic de Tarragona, un grupo de veteranos de guerra que tuvieron el control de la contienda, pero que fueron condenados a deambular un año más. La pintura plateada ya está encargada.
Como curiosidad: un juvenil Pablo Íñiguez formó parte del once titular del Villarreal ‘B’ que cayó contra el Deportivo. Diez años más tarde, el central, ya de 28 años, saltó a Balaídos para disputar el último partido de la campaña del equipo dirigido por Miguel Álvarez.
Cantar de mio Cid
Lo que funciona no debe tocarse. Tanto Miguel Álvarez como Raül Agné optaron por replicar los onces que alinearon en sus respectivos duelos de semifinales. Estos fueron los gladiadores que los llevaron frente al jefe final de la partida. ¿Por qué no confiar con ellos? Los precedentes no eran favorables al Villarreal ‘B’, que no ganaba a sus contrincantes desde 2019, pero su subcampeonato de liga le garantizó un pequeño presente: si los 90 minutos reglamentarios y la prórroga concluyesen en empate, sería el ‘mini submarino’ el que sería plateado.
La designación de Germán Cid Camacho como juez de la contienda trajo la mística al encuentro. El castellano-leonés fue el colegiado el día que el CF Reus conquistó El Sardinero. Ese lejano 22 de mayo de 2016, los ganxets se impusieron al Racing Club de Santander (0-3) y pusieron pie y medio en el balompié profesional. Fran Carbia y Édgar Hernández saltaron al césped en esos playoffs de ascenso ataviados con la elástica rojinegra. ¿Traería la misma suerte el árbitro al otro gran gigante del Campo de Tarragona? ¿O sería un elemento más de la fratricida rivalidad entre las dos entidades?
Velocistas contra fondistas
Consicentes de la magnitud de lo que había en juego, Nàstic y Villarreal ‘B’ no quisieron precipitarse. En una temporada en la que la presión alta se ha hecho omnipresente desde la primera jornada, las defensas valencianas y catalanas optaron por dosificarse. Esto derivó en que los velocistas groguets estuvieran más controlados. Tras sacar una falta rápidamente, Juan Carlos Arana no tuvo más remedio que probar fortuna desde lejos, sin visitar las inmediaciones de Manu García. Cuando Sergio Lozano interceptó un pase de Pol Domingo, Aythami y Quintanilla ofuscaron a Nicolas para que ni siquiera pudiera ver la portería. El senegalés volvió a ser fuente de peligro con un eléctrico sprint con el que se quedó solo frente al guardameta rival, pero cuando cargaba la pierna, apareció Aythami para dejarle con la miel en los labios.
Poco a poco, el conjunto grana fue domando el balón. La experiencia y el tesón se estaban imponiendo a la juventud y la explosividad de sus rivales. Ribelles y Del Campo leían el partido como nadie, pero toda la atención estaba puesta en otra pareja —la excelencia tarraconense se organiza de dos en dos—: Dani Romera y Pablo Fernández. Las combinaciones entre los delanteros eran un quebradero de cabeza para la muralla amarilla. Hasta cinco veces remató el ’11’ en la primera media hora. Incluso llegaron a estrenar el marcador los pupilos de Agné, a la salida de un córner, pero Cid Camacho anuló la jugada por una carga previa.
Thriller
Cuando las dos escuadras salieron del túnel de vestuarios, parecía que alguien le había dado al botón de «ver desde el principio». Dejar jugar, toques y pases, laterales abiertos, saques de esquina amarillos, pero poca profundidad. El día de la marmota. Pero este roedor sale de su escondite con la conclusión del invierno, como hizo Nicolas de la prisión en la que le habían encerrado la dupla de centrales grana. El delantero senegalés se coló entre Quintanilla y Aythami para recibir un pase de Arana y no falló en el mano a mano contra Manu García. El Villarreal ‘B’ ponía el 1-0 en el marcador. Estaba más cerca de volver a Segunda.
Fue en ese momento que el partido para el ‘mini submarino’ acabó. Miguel Álvarez optó por juntar la mayoría de sus jugadores en campo propio para evitar que los granas igualaran las fuerzas. A pesar de la densidad de población del área grogueta, Fran Carbia, ingresado en el terreno de juego tras el gol, se las ingenió para saltar por encima de Migue Leal y rematar de cabeza un centro de Pedro del Campo, pero su testarazo salió alto. De nuevo fue vía aérea que los chicos de Agné estuvieron cerca de empatar. A la salida de un córner, Javi Ribelles impactó de manera feroz el esférico con su frente e Iker Álvarez tuvo que volar para desviar el cuero.
A punto estuvo Juan Carlos Arana de sellar la final, al aprovechar un despeje de Pol Domingo para hacer temblar el poste. No obstante, fue el Nàstic el que buscó la épica a la desesperada. Pedro del Campo tuvo la definitiva oportunidad en el minuto 88 tras un dantesco error en la salida de Iker Álvarez. Sin embargo, el cancerbero andorrano volvió a tiempo a su posición para enmendar su fallo. Ya en el tiempo añadido, Nicolas Jackson certificó el ascenso con una majestuosa jugada individual. Una década más tarde, el ‘mini submarino’ volverá a ser plateado.