El Alcoyano nada pero muere en la orilla ante el Lleida
Pese al control visitante, el partido cayó de lado ilerdense tras la rigurosa expulsión de Mario Fuentes
Las dos caras de la moneda disputaban en el Camp d’Esports de Lleida uno de los últimos partidos de la vigesimoctava jornada de liga en el Grupo III de Segunda B. Decía Luis Aragonés que todo se decide en los diez encuentros finales de competición y esos son los que quedarían toda vez que el colegiado vasco Jon Ander González Esteban decretase el final del choque que medía a Lleida y Alcoyano.
Los locales, sabedores de la oportunidad de oro que tenían de acercarse a un Cornellà que cierra las plazas de privilegio tras su empate ante el Valencia Mestalla y que será el próximo rival de los ilerdenses, buscaban encadenar por primera vez en la temporada tres victorias consecutivas que les pusieran a tiro de piedra de un playoff del que se alejan otros aspirantes tras las derrotas, entre otros, de Ontinyent y Hércules.
Valencianos y alicantinos cayeron respectivamente en los escenarios gerundenses de Olot y Peralada, respectivamente. El triunfo de ambos, sumado a la igualada del Formentera, propiciaba que el Alcoyano saltase al inmaculado verde del Camp d’Esports con solo cuatro puntos de ventaja sobre el descenso.
Los malos números y las peligrosas sensaciones que mostraba el Alcoyano hicieron que la comisión deportiva blanquiazul optase por cambiar de entrenador. Mario Barrera fue designado esta semana como el tercer técnico deportivista de la temporada. El entrenador argentino, de chándal e inquieto en la zona técnica, vivía en el Camp d’Esports sus primeros minutos como nuevo preparador alcoyanista.
Control visitante sin gol
Pese al ritmo intenso, la amplitud y el aire ofensivo que pretendía darle de inicio el Lleida de Albadalejo, tal y como adelantó el técnico local en la rueda de prensa previa al choque, fue el Alcoyano quien, haciendo gala de su orden, posicionamiento y rigor, controló el arreón inicial local y dispuso de las primeras aproximaciones al área visitante, como así lo demuestra un zapatazo de Mario Arques desde lejos que rozó el travesaño de la meta defendida por Diego Rivas.
El control visitante se tradujo en dos llegadas más cuando el electrónico fregaba la media hora. Primero fue Galas el que probó suerte con un potente lanzamiento de falta que obligó a Diego Rivas a enviar el balón a la esquina. Ese córner lo botó Gato muy cerrado, buscando un gol olímpico que solamente el palo le negó. Tampoco López Silva, muy participativo todo el primer acto, tuvo suerte con un zapatazo que no encontró portería por milímetros.
Las ocasiones caían de lado visitante, pero este Alcoyano está reñido con el gol, su principal enemigo y el que tiene al equipo de la moral solamente tres puntos por encima del descenso. Dice el sabio refranero español que quien perdona lo acaba pagando. Y el Deportivo persistió en su mala dinámica y su nula fortuna.
Despertó el Lleida ofensivamente hablando en el tramo final del primer acto y gozó de la oportunidad más clara de esta primera mitad. Tras un error de Tomás Ruso en la salida del balón del Alcoyano, el Lleida movió el balón por la banda derecha. Ortuño colgó el balón al interior del área pequeña, donde apareció Musa para rematar pero se topó con la magnífica intervención de un soberbio Miguel Bañuz que, un partido más, volvía a ser uno de los destacados.
Más de media hora con diez
Respeto, orden y mucho centro del campo fueron las características de los primeros compases de la reanudación. Sin embargo, los locales trataron de adelantarse en el marcador gracias a un balón parado que terminó con un remate de Trilles a la salida de un córner en el que Miguel Bañuz volvió a lucirse para evitar el tanto local.
Más de cara se le puso, teóricamente, el partido al Lleida a los doce minutos de la reanudación. Fue entonces cuando el colegiado vasco expulsó con una rigurosa roja directa a Mario Fuentes, capitán del Alcoyano con pasado ilerdense, por una aparatosa entrada sobre Jorge Félix, en una jugada que nació en una falta local sobre Gato que Jon Ander González Esteban no decretó, motivo que explica las protestas visitantes.
El Deportivo debía afrontar más de media hora de partido con un futbolista menos. Trató de aprovechar la superioridad numérica el Lleida de nuevo a balón parado. Manu Molina enganchó desde el pico del área un balón botado desde la esquina pero de nuevo Miguel Bañuz envió de nuevo el esférico a córner.
Cruel final para el Alcoyano
El Alcoyano, con un jugador menos, debía llevar hasta el extremo su orden y multiplicarse en tareas defensivas si quería rascar algo positivo del Camp d’Esports, pero no por ello renunciaba al ataque. De hecho, pudo adelantarse en el marcador gracias a un cabezazo de Tomás Ruso, que también acabaría expulsado ya en tiempo de descuento, que se estrelló con vehemencia contra el larguero.
Volvía a perdonar el Alcoyano. Y el Lleida se lo hizo pagar caro. Joel Huertas, en su primera acción sobre el césped, envió un pase de la muerte al interior del área pequeña que el nueve ilerdense Juanto Ortuño remató al fondo de las mallas.
A pesar del duro golpe y de la inferioridad numérica, el Alcoyano no se rindió. Gato buscó el empate con un disparo que detuvo muy seguro Diego Rivas. De nuevo el menudo punta benidormí, ya el descuento, probó fortuna con un tiro cruzado que blocó el portero local en la que a la postre fue la última oportunidad del choque.
Injusto y cruel fue el fútbol con el Alcoyano en Lleida como también lo fue la semana pasada ante el Valencia Mestalla. Pero el deporte rey no entiende de merecimientos y sí de goles y esos le dan la espalda al Deportivo, que ve como la promoción de descenso se sitúa solamente tres puntos por debajo mientras que el Elche espera en el horizonte.
Por su parte, la victoria del Lleida deja a los de Albadalejo solamente un punto y un puesto por detrás del Cornellà, que será el siguiente rival de los ilerdenses y que ahora son quienes marcan la última plaza de playoff.