El Sevilla sale ileso del Ciutat de Valencia

El Villarreal CF y el Sevilla FC se veían las caras en un duelo correspondiente a la sexta jornada de LaLiga que acabó 1-1. Dos dinámicas totalmente opuestas en este inicio de campaña que en el verde no se reflejó.

Le va bien al Sevilla cuando se disputan los primeros 45 minutos de partido. De los seis goles que llevaban en Liga, cinco habían sido en primeras partes. Este panorama, esta vez en el Ciutat de Valencia y ante un equipo con galones como es el submarino, se iba a repetir.

No llevaba el envite ni diez minutos, cuando la recibía Navas por la derecha, y enviaba un balón profundo para un Isco que con la cabeza «bien levantadita» y con la mirada fina, le mandara un «caramelito» a un llegador Oliver Torres que definía a la perfección. No se pusieron nerviosos los dos futbolistas de más calidad que sacaba de inicio Lopetegui.

Se ponía por delante el Sevilla muy pronto. Le tocaba remar al cuadro local con Parejo al mando de las operaciones pero sin Lo Celso que se tenía que retirar del tapete debido a una sobrecarga. Ya fue baja en el partido del pasado jueves en Israel. Entraba Baena.

A partir del 0-1, muy bien el Sevilla con el balón en los pies, haciendo posesiones muy largas y con un Isco que ya es habitual verlo en el once titular. Y como para no. Partido muy completo.

Isco y su primeros 45 minutos

Mucha clase la que tiene el malagueño en sus botas. Cuando el Sevilla está en apuros, hay que dársela al que sabe, hay que dársela Isco Alarcón. El centrocampista fue el mejor en el primer acto y dio una masterclass de regates y pases en el Ciutat de Valencia.

En el cuadro local, Parejo lo intentaba mandando un zambombazo al larguero. Ahí fue cuando el empate estaba más cerca. Pero se terminaba el primer acto con ventaja en el marcador a favor del cuadro hispalense.

Valía el único tanto del partido de Óliver Torres. Respiraba el técnico de Asteasu. Respiraba Julen. En el Villarreal, caras de circunstancias en los jugadores. Primera parte muy espesa del equipo groguet que apenas inquietó a Bono tras el 0-1.

Segundo acto

La segunda mitad no comenzaba nada bien para los de Nervión. Bono y Fernando, ambos lesionados, dejaban paso a Dmitrovic y Nianzou, y con ello, al tanto de Álex Baena.

Lo habíamos advertido y las estadísticas no engañan. Si decíamos que a los andaluces le gustaban los primeros compases. Los segundos no son del agrado de los pupilos de Julen Lopetegui. Cambiaba el partido por completo. Tercer tanto para un Baena, que parece estar tocado por una varita.

Nianzou

Cuando Monchi está bien, se dice. Pero este mercado ha dejado mucho que desear y no parece haber dado con la tecla. Un ejemplo, lo de Nianzou. El francés tardó menos de diez minutos en pasar de pivote a central. Dejó pasar a Coquelin en el tanto de la igualada y no está para jugar en un equipo de la talla del Sevilla. Mientras, en Munich se frotan las manos.

En el Ciutat lo intentó hasta el final el equipo de Emery pero se toparon con Dmitrovic, que se erigió como el héroe visitante negándole el gol a El Comandante Morales. Antes la tenía Danjuma después de un brillante centro de Pina.

Julen por su parte hizo lo que debía. Puso a Suso y Papu para agitar el choque y salir con un importante botín de Valencia. Pero ni eso inquietó a la meta defendida por Géronimo Rulli que apenas intervino en el segundo acto.

El empate ante un Villarreal, que en el segundo tiempo tuvo opciones de darle la vuelta al resultado, vuelven a mostrar que los andaluces son capaces de hacer buen fútbol durante una hora de partido, pero al menos ya no se diluyen completamente y consiguen sumar otro puntito en la semana clave para ver como continúan los caminos de Sevilla y Julen.