El Dépor gana en medio de un esperpento arbitral
Dos goles de Svensson y Soriano le dan los tres puntos a un Dépor espeso en su visita al Nuevo Mirador
En un partido cargado de polémica el Deportivo de Óscar Cano se llevó los tres puntos del Nuevo Mirador. Los goles de Svensson, que se estrenaba como goleador, y Soriano fueron suficientes para llevarse los tres puntos de un campo complicado de la categoría ante un Algeciras que se lo puso difícil y que se habría llevado un punto de no ser por la falta puntería y una mala tarde del árbitro.
Los primeros compases del encuentro dejaron ver algo habitual del Dépor en los primeros compases de los encuentros esta temporada. A los coruñeses les cuesta entrar en los partidos y la primera decena de minutos sale ‘atorrijado’. En esta ocasión el Algeciras lo demostró con un buen inicio en el que demostró que salió más enchufado que su rival al césped del Nuevo Mirador.
A pesar de su no muy esperanzador arranque de encuentro los blanquiazules fueron capaces de adelantarse en el marcador. Avisó antes Svensson con una carrera protegiendo el esférico y conectando un disparo que acabó en saque de esquina. Le sirvió para afinar la puntería. Apenas unos minutos después abriría la lata en una acción muy similar. Antoñito servía largo a la espalda de la defensa y el delantero catalán batió a Flere con un potente disparo.
A partir del gol el Dépor dominó un poco más el encuentro, aunque el Algeciras seguía muy vivo. Un excelente eslalon de Elejalde le permitió llegar a la frontal del área y probar a Mackay. El golpeo acabó en le palo y cuando parecía que la jugada terminaba los locales recuperaron el cuero, que acabó en los pies de Turrillo. El capitán, más preciso, sí fue capaz de superar al portero e igualar el marcador.
Pésimo arbitraje
La nota polémica de la primera parte llegó cuando esta estaba cerca de su final. La tuvo que sufrir el Deportivo. El esférico llegó a los pies de Mario Soriano en una posición peligrosa del área local. El ’10’ deportivista recibió entonces una patada que a los ojos de cualquiera era penalti claro. Para cualquiera menos para el árbitro, que entendió (de forma inexplicable) que no había sucedido nada.
Arreón algecireño
Con el 1 a 1 en el luminoso, el Algeciras se animó en el comienzo del segundo tiempo y dispuso de ocasiones que bien pudieron darle completamente la vuelta al encuentro. Ayudó un Deportivo espeso, lento. Al que le costaba seguirle el ritmo a su rival. Ahí fue cuando apareció de nuevo el guardameta Mackay. Salvó a los suyos y fue de lo más destacado de los coruñeses.
Pablo Martínez tuvo una de las pocas ocasiones del Dépor en su cabeza. Remató abajo y Juan Flere se estiró para impedir que en el segundo palo Svensson rematase en boca de gol. A esa jugada peligrosa respondió un Elejalde muy acertado en el día de hoy. Un centro desde la izquierda llegaba a las botas del ’16’ y otra vez Mackay, con la capa de superhéroe, ponía el cerrojo.
Entraba el choque en los últimos diez minutos de tiempo reglamentario cuando el Dépor sorprendió al Algeciras. Una contra algo defectuosa de los coruñeses pasó por los pies de Víctor Narro y un genial Rubén Díez hasta llegar a los pies de Soriano. El diez golpeó raso y con la colaboración de un defensa anotó el segundo tanto visitante. Poco después se produjo la mala noticia del partido. Ian Mackay salía de los tres palos para atrapar un centro y se acabó lesionando en el hombro.
Nuevo error arbitral
Tras el gol del Deportivo el Algeciras realizó un último esfuerzo en busca de un empate que dejase al menos un punto en el Nuevo Mirador. Lo acabó consiguiendo, aunque el árbitro impidió que subiese al marcador. Esta vez no fue error suyo sino de su asistente, que señaló posición antirreglamentaria de Unai Veiga. La repetición muestra lo que parece un segundo error de bulto del colegiado, que no tuvo el día.
Con esa jugada se llegó al final del encuentro. El Dépor sumó su segunda victoria fuera de casa de la campaña y la tercera bajo la dirección de un Óscar Cano que no se cansa de repetir que el equipo coruñés debe pelear hasta el final por lo más alto de la clasificación.
