Vini y Neymar sacan a Tite a bailar
La pentacampeona del mundo arrasó a Corea por 4-1 y mete miedo al resto
Brasil ya está en cuartos de final después de exhibirse en el duelo ante Corea mandando un mensaje conciso y directo al resto de competidores: ellos son los máximos candidatos al título y han ido a Catar a bordarse la sexta estrella encima del escudo. Con la duda hasta última hora de si Neymar sería de la partida, los coreanos pudieron soñar con lo que hubiera sido una victoria histórica, pero los chicos de Tite se pusieron a bailar en cuanto Turpin decretó el inicio del encuentro, y hasta el propio preparador brasileño deleitó a la afición con un par de pasos prohibidos en el gol de Richarlison.
BRASIL CON UNA MARCHA MÁS
El conjunto sudamericano salió con una marcha más del vestuario y cuando Corea se quiso dar cuenta ya había recibido dos zarpazos de un elenco al que le hace falta poco para ponerse en ventaja en el marcador.
La presión asiática no estaba ejecutada con la convicción con la que se deben llevar a cabo estos planteamientos, y si bien Cho y Son sí saltaban sobre los centrales, Hwang y Kang In Lee esperaban a que los laterales se dirigieran hacia ellos con balón controlado.
Esta indecisión provocaba el desajuste en las marcas al encimar tarde, y por ello Raphinha pudo encontrar el tiempo y espacio necesarios para primero desequilibrar en banda derecha y después ganar línea de fondo poniendo un pase atrás que Neymar rozaría y Vinícius acabaría enviando al fondo de las mallas, con la tranquilidad necesaria para que el cuero burlara la presencia del trío defensores que se encontraban bajo la portería de Kim Seung-Gyu.
Apenas tres minutos después, la pillería de Richarlison sumada a la ingenuidad de Jung hizo que Neymar transformara desde los once metros el regalo del central del Al-Sadd. Cuando el esférico se encontraba botando en el área, Jung se disponía a despejar y el delantero del Tottenham, que a diferencia de los coreanos sí había salido mentalizado desde el primer instante, se le anticipó desde atrás para recibir una patada merecedora de sanción.
COREA PECA DE BUENA
Al cuarto de hora de choque el cuadro que hoy actuaba como visitante aterrizó al fin sobre el 974 de Doha y fue capaz de mantener posesiones de más de cuatro pases seguidos e incluso de inquietar a Alisson con un disparo de Hwang Beom-in que el meta del Liverpool envió a córner.
Sin embargo, cuando parecía que ya se habían asentado sobre el verde, su inocencia y laxitud les volvieron a condenar frente a un Richarlison al que, por el contrario, le sobra esa “malicia” (bien entendida) tan necesaria para jugar a este deporte.
En un balón dividido, el canterano del América pudo tocar hasta tres veces la pelota con la cabeza en la cara de un Hwang-Beom-in que ni siquiera fue capaz de cargarle con el hombro. Una vez la bola cayó al césped, Marquinhos y Thiago Silva (que andaban en área contraria en los rescoldos del córner inmediatamente anterior) combinaron a alta velocidad para que el propio Richarlison definiera con tranquilidad ante Kim Seung-Gyu.
BAÑO Y MASAJE DESDE EL 3-0
Con el 3-0 en el luminoso y más de medio pase en el bolsillo, hasta el propio Tite, siempre caracterizado por ser sinónimo de sobriedad en los banquillos, se sumó a la celebración típica de los jugadores en la que bailan juntos en la esquina tras cada tanto logrado.
Y es que Tite no solo se está soltando en los festejos, sino que sorprendentemente se está atreviendo a juntar a Neymar, Vini y Raphinha por detrás de Richarlison, bajando a Paquetá al doble pivote, cosa que no era habitual en una fase de clasificación en la que el del West Ham jugaba como mediapunta y otro mediocentro acompañaba a Casemiro en detrimento de Vinícius. No contento con eso, también se está pudiendo observar en situaciones muy concretas de salida de balón incrustarse a Danilo (lateral izquierdo) junto a Casemiro, al más puro estilo Pep Guardiola. De todas formas, aún está por ver si el seleccionador de la canarinha sigue tan flamenco cuando lleguen los combinados de primer nivel mundial.
Tite baila en la celebración del gol de Richarlison.
Fuente: Twitter de la Federación brasileña de fútbol.
Desde la tercera diana de la pentacampeona, el contexto de partido les fue muy favorable, transitando a placer en múltiples ocasiones debido a las más que comunes pérdidas coreanas en campo contrario. Uno de estos contraataques fue liderado por Richarlison para que Vinícius asistiera a Paquetá con un delicioso gesto técnico en forma de cuchara, antes del descanso. En el segundo tiempo, con todo ya finiquitado, se pudieron ver algunos despistes a la espalda de la zaga de Brasil, nunca suficientes para superar a un Alisson tremendamente inspirado, que solo tuvo que recoger el balón de su arco tras el zapatazo inapelable de Paik-Seung Ho.
Militao, Danilo, Vinicius, Neymar y Alisson se fueron retirando progresivamente del campo y la estrella del PSG lo hizo en el minuto 80, lo que evidencia que se encuentra en bastante mejor condición física de lo que se pensaba en un inicio, ya que podría haber sido sustituido tras el paso por la caseta, con el 4-0 ya instaurado. Asimismo, tras el pitido final, el 10 llevó al centro del terreno de juego una bandera con la cara de Pelé (cuyo estado delicado de salud esperemos que le permita disfrutar del resto del torneo).
