Venció cómodamente el Cádiz en Mestalla con un gol tempranero de Rubén Alcaraz. El Valencia fue incapaz de sobreponerse al tanto y, pese a que la salida de Almeida le dio fútbol a los suyos, la defensa cadista se mantuvo firme y capaz de ganar todos los duelos en su campo. Los locales siguen deambulando por la media tabla, como los últimos 4 años, mientras que los visitantes salen de la zona de descenso.
Un Valencia tétrico
Con unos minutos de retraso por un problema de salud en la grada arrancó el partido en Mestalla. Casi sin tiempo para hacerse al partido, el Cádiz se adelantaba en el marcador. Una buena jugada de Sobrino por la banda, acompañada de la pasividad defensiva de Ilaix, permitió al exvalencianista internarse en el área in oposición y ceder el balón a la frontal, donde esperaba con la escopeta cargada Rubén Alcaraz para poner por delante al cuadro gaditano nada más arrancar.
Tras el gol, el Cádiz cedió el balón al Valencia, que fue incapaz de combinar varios pases y se fue al descanso sin lanzar ni una vez sobre los dominios de Ledesma. Un Valencia estaba lento y muy impreciso, uno de los peores de la temporada, mientras que el Cádiz defendía cómodamente y trataba de lograr el segundo buscando en velocidad a Lozano. De hecho, con un 24% de posesión, estaba más cerca el seugndo del cuadro de Sergio que el tanto del empate.
Una defensa inexpugnable
Tras el descanso, Gattuso cambió de esquema y metió dos delanteros, quitando a uno en el centro del campo. Sin embargo, el Valencia seguía incapaz de incomodar la defensa del Cádiz, que se defendía en la frontal del área con suma facilidad. Continuas faltas, caídas al suelo y pérdidas de temporada tratar de sumar tres puntos importantísimos que permitían al Cádiz salir de la zona marcada en rojo de la clasificación. La defensa cadista estaba intratable, sin mostrar una mínima grieta que pudiera aprovechar el Valencia.