Goliat remonta ante David y recupera el trono de plata
La UD Las Palmas noqueó al Ibiza con un arranque ultraofensivo en la segunda mitad que le permitió darle la vuelta al marcador (1-2)
La rueda de la fortuna se convirtió en una ruleta. Primero, le dio la espalda a la UD Las Palmas. Después, a la UD Ibiza. Nadie sabía qué podia ocurrir a continuación. Cuando el colista de la categoría se fue al descanso arriba en el marcador, parecía que David volvería a protagonizar el batacazo ante Goliat. No solo eso, sino que había vencido sin ni siquiera despeinarse, arrollando a su oponente. Mas el gigante canario guardaba un as bajo la manga. Una reanudación ultraofensiva le dio la vuelta a la tortilla. El marcador se abrió con un error de Coco y se cerró con uno de Marcos Mauro. Goliat volvió a ganar y recuperó, así, su trono de plata.
Lo que mal empieza, mal acaba
Cuando uno se levanta con el pie izquierdo, se convierte en un imán para la mala suerte, que le agarra del brazo y le acompaña a todas partes sin ni siquiera haber pedido permiso. Parecía que García Pimiento no solo había apoyado primero las falanges que no tocaba al levantarse por la mañana, sino que también había roto un espejo al perfilarse la barba. O quizás cruzó por debajo una escalera.
Cuando Joseda Menargues intentó combinar con Bogusz con un pase larguísimo, intentando emular la combinación entre Pedri y Dembélé en la Supercopa de España, Saúl Coco interfirió en el trayecto para neutralizar el peligro. No parecía haber mayor dificultad para interrumpir la jugada. Sin embargo, la hubo. Resbaló. El polaco controló el esférico y se plantó ante Álex Domínguez. El gol parecía cantado, pero el cancerbero se hizo mayúsculo. Acababa de salvar el 1-0 y apenas corría el minuto 7.
El Ibiza no cesaría en buscar el tanto. Quería ser el David capaz de vencer a su Goliat. Corría, corría y corría, lo intentaba y continuaba intentándolo, mas la UD Las Palmas se había empeñado en demostrar que una golondrina —de mal agüero— no hace verano. Coco se convirtió en el emperador de la defensa y, si no conseguía llegar a algún balón, su número ‘1’ aguardaba en la retaguardia. El empate reinaba en el marcador ante la incapacidad canaria de infligir daño más allá de las botas de Moleiro —Sandro desperdició un chut a la media vuelta desde el vértice del área chica, que envió a las nubes—.
No obstante, lo inexplicable volvió a ocurrir. Álex Domínguez estaba perfectamente colocado para aplacar un nuevo envío de Joseda. Cuando el cuero ya había acariciado sus guantes, se le escurrió. Detrás suyo esperaba Bogusz, quien no bajó los brazos. Sin oposición, solo tuvo que empujar con el interior. Los baleares se adelantaban. Los amarillos volvían a tropezar con la misma piedra.
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— UD Ibiza (@ibizaud) January 14, 2023
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Sigo siendo el rey
Que la UD Las Palmas esté peleando por el ascenso no es cuestión de suerte. Los segundos 45 minutos iban a servir para demostrar que todo lo vivido en la primera parte fue un espejismo, un tropiezo del cual se iban a levantar. Y no tardaron en demostrarlo. 180 segundos habían pasado cuando Moleiro filtró una delicia de pelota a Sandro. Fuzato despejó el disparo a bocajarro, pero nada pudo hacer poco más tarde cuando el mismo Sandro, esquinado en el vértice del área, dibujó una parábola lejos de su alcance que se coló en la red.
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El Ibiza, que había conseguido pelear de tú a tú hasta entonces, estaba dolido. La expulsión de Escobar por un codazo a Pejiño en un choque aéreo no ayudó. La sentencia no se haría esperar. Marcos Mauro erró un pase apenas en el 61′, teniendo a Jonathan Viera enfrente. En el mano a mano, no le tembló el pulso al dorsal ’21’. Con una sutil caricia, batió al portero. Los de García Pimienta ya habían remontado. El Ibiza no se rendiría. Con uno menos, tanto Ekain como Diop pusieron a prueba a un Álex Domínguez que había tenido una plácida reanudación. Incluso Daniel Fuzato cabeceó un córner, ya en el tiempo añadido, y cerca estuvo de batir a su némesis. Pero el marcador ya no se movió. Los canarios recuperaban momentáneamente el liderato. Esta vez, Goliat venció a David.