El Depor quiere asaltar el liderato frente a un Badajoz que se le atraganta
RC Deportivo de la Coruña - CD Badajoz | Sábado, a las 17:00h | Vigésimo quinta jornada de la Primera Federación | Estadio Riazor | Árbitro: González Díaz | Un Depor que tiene a tiro el liderato, recibe a un Badajoz que le tiene cogida la medida en sus últimos enfrentamientos.
Esta semana escuchaba una entrevista que le hacían a un político ya jubilado de su profesión y, además, retirado por completo de la política activa. Siempre me gusta escucharlo, independientemente de los colores y la ideología que él haya defendido. Pues por encima de ideologías, siempre fue un hombre de ideas, que no es lo mismo. Y, sobre todo, una persona muy preparada. Un intelectual con una profesión propia que, por circunstancias de la vida, entró un día en política. Nada que ver con los políticos de profesión que están saliendo últimamente. De todas las cosas interesantes que contó, ayudado por su formación y su dilatada experiencia, una se me quedó grabada. Al preguntarle por su infancia y cuales eran los recuerdos de la misma. Afirmó categóricamente que es una de las circunstancias en su vida, de la que se siente más orgulloso: «no haber perdido nunca la mirada, la esencia y la avidez por aprender que sólo tiene un niño. Pues si pierdes definitivamente el niño que llevas dentro, es cuando realmente estás perdido».
Sin duda no es sólo una lección de vida, sino mucho más. Es una forma de encarar tu vida, es una manera de mostrarse ante los demás y, sobre todo, es una actitud diferente y auténtica de mirar el mundo. Un adulto tiene y debe diferenciarse de un niño en la madurez en su toma de decisiones y en saber llevar con criterio todas las responsabilidades diarias. Pero si todo lo que nos rodea lo vemos con el único prisma de la madurez, nos perdemos muchas cosas y, sobre todo, muchas emociones. Les prometo que a mí también me pasa. Y muchas veces se me olvida el niño que un día fui. Pero por suerte tengo cerca a Jimena, Ana y Ramón, los peques de la familia, que son los que me ponen en mi sitio. Y, por ejemplo, nos pasa cuando vemos toda la familia al equipo de nuestras vidas. Cuando yo ya ando cabreado, como el resto de adultos exigentes y aburridos, menoscabando a nuestros jugadores por sus errores. Entonces miró sus caritas y veo la chispa de emoción en sus ojos, por estar viendo a sus ídolos. Y es entonces cuando veo que no estoy empleando la mirada correcta. Ese es el preciso instante en el que saco al niño que todos llevamos dentro y empiezo a disfrutar de ellos y del momento, como sólo lo saben hacer los niños.
Pues esta mirada no debemos perderla nunca. Tampoco deben hacerlo los sufridos aficionados de los dos equipos históricos -aunque no vivan su mejor momento-, que se enfrentan mañana en Riazor. El RC Deportivo de la Coruña, por su parte acude al choque de mañana con algunas opciones, si se dieran los resultados, de asaltar la cabeza de la tabla. El conjunto de la capital que es el «Balcón de Europa», viene con su mejor racha en meses. Con sólo dos derrotas en los últimos 10 partidos. Eso sí una derrota ante la AD Alcorcón, que es otro de los gallitos de la categoría. Y la otra precisamente ante su rival extremeño de mañana. Que parece que le tiene cogida la medida en los últimos enfrentamientos entre gallegos y extremeños.
Lo que está claro es que los dos conjuntos están jugando ligas diferentes. Los números y la clasificación no mienten. Y el Depor de Óscar Cano parece haber cogido una buena inercia y por fin puede discutir la plaza de acceso directo a la Liga Smart Bank, tanto al citado Alcorcón como al Real Madrid Castilla de Raúl González y Arribas. Para eso cuenta con uno de los killers de la categoría de bronce, Alberto Quiles. La temporada pasada ya anotó 18 goles y esta lleva la nada despreciable cifra de 10 dianas. Demostrando ser un delantero con una gran regularidad. Pero si un aspecto ha tranformado al conjunto herculino, es su fichaje estrella de invierno. Recuperando a su hijo pródigo, Lucas Pérez. Ese sí que ha sido «el» fichaje esta temporada en la Primera Federación. Estamos hablando quizás del jugador más diferencial de la misma. El salto de calidad, sin duda, ha sido enorme. Arropado por uno de los mejores guardametas, Mackay, de centrocampistas de extraordinario nivel como Olabe o Mario Soriano, los blanquiazules están ante una nueva oportunidad de volver al fútbol de élite. Para el partido de mañana no podrán contar con Lebedenko, por lesión.
Es cierto que mañana para empezar va a tener un rival incómodo y que en absoluto se le da bien. Y es que el CD Badajoz le tiene cogida la medida a los gallegos. Sin ir más lejos fueron capaces de derrotarles -eso sí en el añadido- en el partido de ida. El conjunto de la capital del Guadiana se ha mostrado muy competitivo en este último tramo. Sólo ha perdido uno de los 8 partidos y eso no es fácil en esta categoría. Pero tiene que dar un pasito más y saber rematar partidos, en los que es superior, como el de la semana pasada ante el Sanse.
El conjunto entrenado por José María Salmerón, se ha hecho fuerte en defensa, es un equipo muy fiable y difícil de batir. Pero si miramos la clasificación, honestamente, esto no le vale. Está a tan sólo dos puntos de la zona de descenso directo y ya mira de lejos los playoff de ascenso. Entonces, ¿qué le falta a este equipo? No es inferior a sus rivales en casi ningún partido. Sólo hace falta ver sus partidos para afirmar esto. Pero de medio campo hacia delante -ahí donde quema el esférico- a los lobos les falta claridad en la toma de decisiones y calidad en la definición. Y no es algo aislado, sino que les pasa jornada tras jornada. Es ahí donde tienen que mejorar y mucho.
Su centro del campo se ha hecho fuerte en defensa, más aún cuando juega con un trivote. Pero cuando consigue esto, le falla la creación y la generación de ocasiones. Que, a la postre, es como vienen los goles. Quizás si encuentra la mejor versión de su jugador Alfaro, tendrá mucho ganado en este aspecto. Pues es su mejor jugador para desatascar partidos y ayudar en la creación, aunque no sea su posición natural. Es aquí donde se resiente esta plantilla que, además de corta, no cuenta con jugadores específicos para algunas posiciones. Como, por ejemplo, la del 10. En cualquier caso, es una plantilla que está siendo muy bien trabajada por su entrenador y quizás más pronto que tarde empiece a ver sus frutos. Todo pasa porque, por una vez, lo extradeportivo no enturbie el rendimiento de este equipo. Y empieza porque su extremo Adilson mañana sea titular y juegue y rinda al máximo para el que todavía es su equipo. Además, para el partido de mañana seguirá sin poder contar con Edu Sánchez y Borja García, que siguen lesionados.
En cualquier caso, mañana pase lo que pase en el rectángulo de juego de Riazor, me voy a permitir por una vez dar un consejo, a aquellos aficionados blanquiazules y blanquinegros que ya dejaron de ser niños. Que al menos por un día, durante hora y media, recuerden a ese niño que fueron y la mirada que tenían cuando eran pequeños. Aquella mirada en la que se sorprendían por todo y cualquier cosa les parecía mágica. Seguro que si lo consiguen, al menos ese ratito, las jugadas de Lucas o Alfaro; las paradas de Mackay o Kike o, incluso, los goles de Quiles o Santamaría les parecerán mágicos. Y seguro que les aparece ese brillo en los ojos, que sólo puede tener la mirada limpia de un niño y de una niña. Como aquel político, ya jubilado, del que les hablaba al principio. Que por encima de ideologías y sectarismos, tiene la lucidez y la preclaridad suficientes para saber que en el principio está todo. De cualquier ser humano.
