Oxígeno para el Pucela
El Espanyol, en su versión más mediocre, cae derrotado ante la efectividad del Valladolid por 2-1
La zona de descenso arde en llamas, y más después de la victoria del Real Valladolid en casa frente el Espanyol. Tres puntos que les sirven a los de Pacheta para abandonar momentáneamente las últimas plazas de la tabla y para bajar de las nubes a un Espanyol que vuelve a caer esclavo de su falta de ambición. El Valladolid recibía hoy un rival que no le vence en casa desde 2001. 22 años sin conocer la victoria en tierras pucelanas para un Espanyol que llegaba crecido e ilusionado, pero que se marchó frustrado y abatido.
Los locales empezaron como un tiro. Primero fue Cyle Larin con un gol anulado y después el Yamiq rematando un centro desde la esquina. Haciendo bueno el refrán de “quién avisa no es traidor”, el Pucela abrió la lata en el 25’. En la salida de un córner, Iván Sánchez recogía en la frontal el pase atrás de Gonzalo Plata para ejecutar un disparo que terminó en el fondo de las mallas. Los de Pacheta castigaban un Espanyol desfigurado, grogui ante el gran inicio de los pucelanos.
Poco a poco, los visitantes le fueron cogiendo el pulso al partido. Denis, Puado y compañía se despojaron de la vergüenza inicial y empezaron a aparecer por dentro, dejando destellos de su calidad. La defensa del Valladolid no funcionaba tan bien como lo hacía su ataque, pues el Espanyol llegaba con mucha soltura. Parecía que el empate podía estar cerca, y más después de la clara ocasión de Puado que rechazó el palo, pero los primeros 45 minutos se consumieron con el Valladolid encerrado y haciendo valer el tanto de Iván Sánchez.
El pitido de reanudación precedió un arranque fuerte del Espanyol. Joselu lo intentaba, pero aparecía la sombra de el Yamiq para echar a perder su ocasión. Los catalanes acusaban efectividad arriba y el que perdona, la paga. Sin hacer grandes méritos, el Valladolid volvió a topar con el gol. Fue llegar y besar el santo para un Álvaro Aguado que dos minutos después de saltar al campo puso el segundo gracias a un chut desde el punto de penalti a pase de Plata.
Restaban 30 minutos de partido, así que Diego Martínez se vio obligado a arriesgar. Carrusel de cambios en ambos equipos, unos para matar el partido y otros para dinamizarlo. Los pericos se instalaron en campo contrario, pero al Espanyol le faltó punch arriba. Y claro, el Valladolid se lo pasó en grande saliendo el contrataque pare sentenciar el encuentro. Lo pudieron conseguir Plata y Aguado, ambos privados por la imprecisión.
Cuando parecía que el 2-0 era claro y definitivo, Braithwaite confirmó su buena dinámica gracias a una gran definición a pase de Darder. Era el 87 de partido, así que al Valladolid le tocaba sufrir en un partido que parecía decidido. Pero la reacción de los periquitos fue demasiado tardía, así que el Pucela rompió la mala racha de dos derrotas consecutivas para apretar más si cabe la zona de descenso.