«La Unión hace la fuerza»: El Gimnàstic cae en casa ante el Real Unión y roza el descenso
Los de Dani Vidal demostraron ganas hasta el final del encuentro, pero un gol precoz mantuvo todo el partido a los vascos por encima
Previa: Historia o salvación
Cuando el río suena, agua lleva. Y cuando la Primera Federación llega a su final, todo se calienta. El Nou Estadi se preparó bajo el manto de su historia para un partido de alta tensión, con sus romanos listos para demostrar que la derrota del último partido (2-1) fue un bache, y con un Real Unión en forma en busca de la salvación.
Los locales celebraron su partido mil (1000) de futbol profesional en su estadio, con el ambiente de siempre y una afición comprometida, a pesar de una dura y polémica derrota ante el Atlético Baleares, donde Manu García acabó expulsado. Dani Vidal afirmó que «convertirían la rabia en energía» y así se esperó el espectáculo.
Por parte de los vascos, su buena racha (2 victorias y un empate en cinco partidos) les llevó a remontar su situación e, incluso, superarla en el Nou Estadi, saliendo del descenso en caso de victoria. Los de Iñaki Goikoetxea no querían dejar pasar la oportunidad, y a pesar de la dificultad, también esperaban una batalla en el campo.
Así pues, en un día marcado en rojo para la historia local, la amargura era algo en lo que ni siquiera debían pensar. Aunque los tres puntos no se regalaban y, con la zona baja aún en juego y todo por decidir, teníamos el plan perfecto de domingo.
Primera parte: Un jarro de agua fría
El patido inició con el juego muy repartido, aunque con un Nàstic con iniciativa y más vertical. Pablo Fernández y Guillermo fueron los artífices de la presión en los primeros minutos que dejaron ver errores en la defensa vasca, pero no hubo un dominio claro.
A los ocho minutos, en la primera acción ofensiva del Real Unión, Victor Parada puso un balón directo al segundo palo que se le escapó a Dani Parra de las manos, y Jon Mikel Aramburu culminó la jugada ante una defensa atónita. Sin duda, fue un jarro de agua fría para un Gimnàstic necesitado, que se vio en un gran problema a minutos de empezar el encuentro.
Marc Fernández reactivaría las ganas del equipo con un tiro raso que rebotó y asustó al meta vasco, y en la siguiente jugada, tras el remate de cabeza en un córner, la afición volvería a animar el encuentro que parecía congelado momentos atrás.
Las ocasiones comenzaron a equilibrarse y el partido se revolucionó. Los ‘grana’ consiguieron llegar varias veces con remates de cabeza muy pasivos, y los de Irún también dieron trabajo a Dani Parra.
A medida que avanzó la primera parte, los tarraconenses tuvieron las más claras, pero su falta de decisión arriba y sus repetidos errores de marcaje les perjudicaron aún más que el propio rival. Destacó la dureza en el encuentro con dos equipos que se lo jugaban prácticamente todo, pero solo uno pareció involucrarse con su misión.
El refuerzo de invierno, Marc Fernández, fue el jugador que más participó y ofreció al juego del Nàstic la primera parte, junto con una doble punta (Guillermo y Pablo, tocayos de apellido) que no acabó de acertar.
Aaron Rey fue uno de los que más se aproximó en los minutos. Puso un chute centrado pero envenenado para Irazusta que rozó el travesaño y, poco después, recogió un rechace en el área que se marchó desviado por varios metros.
Los ‘Fronterizos’ mostraron su solidez defensiva con un bloque bien organizado que frustró al Gimnàstic, y que además generó el peligro justo para desesperarles. La defensa planteada por Iñaki Goikoetxea fue exquisita durante la primera parte, sufriendo solo por territorio aéreo.
Los primeros 45 minutos fueron una demostración de intenciones para declarar una guerra en la zona baja, pues ni el Real Unión salía del descenso con su resultado, ni el Nàstic se veía beneficiado con su mal juego.
Segunda parte: Puntos de oro
Dani Vidal sacó la pizarra y realizó cambios en el descanso para reactivar el equipo. Posicionó a Andy Escudero en la banda izquierda para dar más posibilidades de abrirse al equipo, pero el Real Unión descubrió pronto los plantes y los tiró por tierra.
La verticalidad de la primera mitad se esfumó, quedando un equipo que presionó sin éxito ante un rival que cada vez subió más en bloque hasta encerrar a los locales en su área.
De nuevo, las bandas salvaron a un Gimnàstic acorralado que sacó a bailar a Alexandru Tirlea y a Joan Oriol, sumando centros con más potencial que el de los anteriores. Guillermo Fernández fue el único que apuntó hacia la portería, pero el balón se fue a la grada.
El nerviosismo pasó factura en cada jugada, desde el meta Dani Parra, hasta el asturiano Pablo Fernández, notaron la presión sobre sus hombros al salir tocando desde atrás, y esto afecto a los ‘grana’ en todas las facetas.
Sacaron petróleo tras tres saques de esquina seguidos, donde los rechaces comenzaron a cansar a los ‘Fronterizos’ y los locales se llenaron de energía a pesar de los constantes choques con los defensores. La afición agradeció el esfuerzo, y los de Irún despedazaron el bloque durante unos minutos.
Los córners fueron el aliado más preciso del Nàstic, y de allí sacaron la ocasión más clara del partido. Pedro Del Campo remató a menos de dos metros del meta vasco, pero el balón fue al muñeco y dejó con la miel en los labios a los aficionados.
La mala suerte tocó de nuevo con su barita a Pablo Fernández. El asturiano, que estaba siendo de los mejores del encuentro, se lesionaba por tercera vez esta temporada al minuto 72 y tenía que salir substituido.
Con esto, los ánimos se rebajaron y los de Iñaki Goikoetxea aprovecharon las circunstancias para generar peligro. Aun así, el suflé se mantuvo alto y las acciones de los de Dani Vidal continuaron llegando y los vascos necesitaron rebajar la tensión rompiendo el encuentro, que en la segunda parte no pudieron controlar.
A poco más de cinco minutos antes del final, desde las botas de Andy salió un centro peligroso que remató Quintanilla y que Irazusta paró en la línea. Sin duda, una ocasión decisiva que decantó el destino del encuentro a la frustración máxima y a una victoria que valía oro.
Eric Montes Arce, quien entró desde el banquillo, sacó provecho de su potencia y, tras un buen disparo a la escuadra sin éxito, hizo suspirar a un Nou Estadi ansioso. A pesar de los intentos, incluso con Dani Parra como revulsivo en el añadido, el Gimnàstic no alcanzó un nivel suficiente para superar a un Real Unión reconvertido en un fuerte que no dejó pasar las embestidas finales de los ‘granas’.
La decepción se olió en el Nou Estadi, que tuvo que ver como su equipo quedaba a 3 puntos del descenso en un día histórico. Y aunque se observó un cambio en el carácter de los jugadores, la Unión hace la fuerza, y nada pudo con los vascos.
Conclusión: Descenso a los infiernos
El descenso echa fuego, y el Nàstic, un candidato a los Play-Offs a principios de temporada, se une al barro tras un partido trampa. El Real Unión demostró que, con una defensa organizada, un partido también se gana, y los chicos de Dani Vidal no fueron capaces de digerir su propia frustración. Ahora, las últimas jornadas significarán oro para ambos equipos, que pelearán por otra temporada en Primera Federación, o por el infierno de Segunda.
