Vinícius es el Rey de la Copa
Una actuación estelar del brasileño y el doblete de Rodrygo sirvieron al Madrid para llevarse la Copa del Rey ante un Osasuna que cayó con honores
En el mundo del fútbol, la llegada del mes de mayo es sinónimo de finales. Y una de las primeras que suele tener lugar año tras año en el panorama nacional español, es la final de la Copa del Rey. Una competición que cuenta con una fama histórica en la que los milagros son posibles, habiendo visto infinidad de veces a pequeños equipos tumbar contra todo pronóstico a alguno de los gigantes de nuestro fútbol. Y este año nos depara uno de esos imprescindibles David contra Goliat, en un encuentro que enfrentaría en la final de esta ansiada Copa al Real Madrid y el Osasuna.
Un encuentro sobre el papel muy desigual, en el que el conjunto blanco, con Carlo Ancelotti al mando, buscaba levantar el título copero por vigésima vez en su historia, mientras que en el caso del conjunto navarro, una victoria llevaría la primera Copa del Rey de la historia a las vitrinas de El Sadar. Todo ello en un encuentro en el que la vida se resume en 90 minutos, con dos equipos que buscaban terminar la noche por todo lo alto en la ciudad de Sevilla, que como demostró desde hora antes del pitido inicial, tiene un color especial.
Los de Jagoba Arrasate buscaban cumplir la proeza y hacer realidad el sueño de la afición rojiza, con una victoria que supondría el broche de oro a la magnífica temporada que ha firmado el conjunto navarro. El conjunto blanco, por su parte, y a pesar de tener la final anticipada de Champions League contra el Manchester City el próximo martes, salió con absolutamente todo a hacerse con el título, en un partido cuya importancia remarcó Carletto en todo momento, hablando de la posibilidad de «cerrar el círculo», ganando todos los títulos disputados a lo largo de estas dos temporadas correspondientes a su segunda etapa como técnico blanco.
Vinícius rompe la final a los tres minutos
La primera parte arrancó con el guion exacto que marcaba lo esperado. El conjunto blanco salió desde el primer minuto volcado al ataque. Ni siquiera habían pasado dos minutos cuando Vinícius Jr. tocó por primera vez el esférico en la final. Y como es habitual en el carioca, encaró por la banda izquierda, encaró a Rubén Peña y Moncayola, de los cuales se marchó con una facilidad pasmosa con sendos recortes. Ya dentro del área, el brasileño acertó para poner un balón que recibió Rodrygo y, al primer toque, la mandó al fondo de las mallas, desequilibrando la final a los tres minutos de su arranque.
Un duro golpe para los pupilos de Arrasate, que intentaron levantarse en los minutos siguientes al tempranero golpe del Madrid. Y antes de que el reloj marcase los 10 minutos de la primera mitad, fue Budimir el primero en probar los guantes de Courtois tras un cabezazo que logró conectar en un centro lateral. En la siguiente jugada, fue Aimar Oroz quien volvió a probar suerte con la misma jugada que su compañero, con el mismo resultado: la pelota fue a las manos del belga.
No obstante, el encuentro estaba ahora en un punto ideal para el conjunto blanco. Tras el gol inicial, los rodillos no tenían otra opción que adelantar las líneas en busca del empate. Algo que, al mismo tiempo, generaba enormes espacios a la espalda de su zaga. Un mal negocio cuando en contra tienes a un futbolista de las características de Vinícius, que en tan solo un cuarto de hora ya había convertido la final de Moncayola en una auténtica pesadilla.
Un Osasuna que, a lo largo de los primeros compases del encuentro, jugó todas sus cartas al juego áereo, con balones que, ciertamente, ponían en problemas a la zaga blanca. Sin embargo, ninguno de los remates logró poner en verdaderos problemas a Courtois. Y precisamente fue al contragolpe como el Madrid volvió a meter el miedo en el cuerpo al Osasuna. Nuevamente una cabalgada de Vinicius dejó atrás a un Moncayola que estaba siendo totalmente superado. Y tras un centro lateral, la pelota quedó muerta para un Karim Benzema que sacó un latigazo desde el punto de penalti, que encontró una extraordinaria parada de Sergio Herrera que tuvo valor gol.
Y es que inmediatamente después, el Osasuna atacó al conjunto blanco con su propia medicina, el contragolpe. Y es que la pelota quedó dividida y, ante el error de Militao, Abde se plantó totalmente solo frente a la meta de Courtois. El canterano azulgrana se la picó al meta belga, pero, sin embargo, Carvajal logró llegar cuando el esférico estaba cerca de rebasar la línea de gol, sin do la primera ocasión clara de los rojillos en el encuentro.
Y si bien el Osasuna había empleado las artes del Madrid, el conjunto blanco hizo lo propio: utilizar el balón parado. Cuando Rodrygo cayó a más de 30 metros de la meta de Sergio Herrera, todos imaginaban que sería Toni Kroos quien buscaría rematador en el corazón del área. Sin embargo, David Alaba sorprendió a propios y extraños, con una folha seca que recordó a los tiempos de Cristiano, y que se topó con el larguero de la meta rojilla.
Pasaban los minutos, y los de Carletto seguían desangrando al Osasuna por el costado izquierdo, con un Vinícius en estado de gracia que no estaba dando respiro a un Moncayola que, ya con tarjeta amarilla, se estaba viendo totalmente superado. Sin embargo, la primera parte llegó a su fin sin más ocasiones claras, con un Madrid al que le valió el gol tempranero para marcharse al vestuario con ventaja.
El Osasuna peleó, pero Vinícius volvió a ser decisivo
La segunda mitad comenzó con un guion muy distinto al de la primera mitad. Y es que el conjunto blanco, sabedor de la ventaja del marcador, inicio la segunda mitad con la calma por bandera, a sabiendas de que tarde o temprano, los de Jagoba Arrasate tendrían que salir al ataque, dejando así espacios en la parcela defensiva. Sin embargo, ya desde los primeros compases de la segunda mitad, los rojillos continuaban optando por centros laterales para intentar poner en apuros al conjunto blanco.
También el conjunto pamplonés arrancó la segunda mitad con unos compases marcados por una enorme intensidad. Un hecho con el que consiguieron dificultar en gran medida la salida de la pelota del conjunto blanco, algo que otorgó por primera vez en el envite el dominio total a los de Arrasate.
Y tanto va el cántaro a la fuente, que al final la termina rompiendo. Y es que el dominio del Osasuna se tradujo en llegadas cada vez más claras. Y en uno de los muchos centros laterales del conjunto rojillo, la pelota termino quedando rechazada en la frontal del área merengue. Y ante ese balón suelto, Torró llegó como un tráiler, y lanzó un zarpazo con su pierna derecha ante el que nada pudo hacer Courtois, poniendo las tablas en el marcador.
Ya con el empate en el marcador, comenzaba un nuevo partido para ambos conjuntos. Y la reacción del conjunto blanco fue inmediata, ya que tras el gol del Osasuna, una jugada de Benzema terminó con un remate de Fede Valverde dentro del área, con el cual el charrúa no encontró portería.
En esta nueva fase del partido, el Madrid volvía a hacerse con el control total de la pelota, con un Osasuna que ahora, con el empate en el marcador, afrontaba el partido con mucha más calma. Sin embargo, el dominio blanco también se traducía en cada vez más llegadas a la zona de tres cuartos, lo cual parecía implicar un inminente peligro.
Y para romper nuevamente el partido, no podría ser otro sino el principal protagonista del encuentro. Una vez más, Vinícius inició su enésima arrancada por el perfil izquierdo, apurando en esta ocasión hasta la línea de fondo. Buscó en la frontal a un Toni Kroos, cuyo golpeo rebotó en David García, quedando el esférico muerto para que, nuevamente Rodrygo, mandase la pelota al fondo de las mallas, volviendo a adelantar al conjunto blanco, una vez más con los mismos protagonistas del primer tanto.
Nuevamente con el conjunto blanco por delante, el Osasuna se volvía a ver en la obligación de adelantar las líneas en busca de poner las tablas nuevamente. Sin embargo, ahora el Madrid no parecía dispuesto a ceder nuevamente el control del esférico a los de Arrasate. De hecho, tras una jugada ensayada a balón parado, que terminó con un centro de Rodrygo desde el pico del área, Alaba estuvo a punto de poner el tercero con un remate acrobático.
Llegada la recta final del encuentro, el Osasuna apuraba sus posibilidades, a base, como ocurrió durante todo el encuentro, de balones aéreos. El Madrid esperaba la oportunidad de salir al contragolpe, sin perder en ningún momento el norte del encuentro, y ya con Luka Modric sobre el terreno de juego en busca de mantener el control sobre el encuentro. Arrasate, por su parte, buscaba agotar sus últimos cartuchos sacando a Kike García y a Pablo Ibáñez al verde.
Ya en el tiempo de descuento, el Osasuna se volcó a la desesperada en busca del gol del empate. Y al contragolpe pudo matarlo Vinícius, firmando su tanto para cerrar su gran actuación. Sin embargo, intentó habilitar a Benzema, con un balón que se quedó corto y dio tiempo a Sergio Herrera para llegar a por él. Y la tendría el Osasuna a un minuto del final para volver a meterse en la final, con un balón al área pequeña para el Chimy Ávila que desarticuló Carvajal en el último segundo, con una acción con valor gol.
Y con todo esto, en un final informante, se acabó el encuentro. Un encuentro en el que el Real Madrid se alzó por vigésima vez con la Copa del Rey, ante un Osasuna que no le perdió el norte en ningún momento al encuentro, y tuvo la final en su mano hasta el último segundo. Todo ello, de la mano de una final en la que, una vez más, Vinícius y Rodrygo se volvieron a consolidar como una de las duplas más letales del planeta, en esta ocasión, sirviendo al conjunto blanco para alzarse con un nuevo título.