El Real Madrid baila al son del ‘Quinto Beatle’ para asentarse en el liderato

El Real Madrid volvía a su feudo después de una semana de gran intensidad, a lo largo de la cual selló dos importantísimas victorias fuera de casa en la pasada jornada de La Liga EA Sports ante el Girona, hasta entonces líder de la clasificación, y posteriormente la victoria por dos goles a tres en el estadio Diego Armando Maradona frente al Nápoles, el gran rival por la primera plaza en el grupo C de la UEFA Champions League.

Y justo antes del parón de selecciones, regresaba a su hogar, el Santiago Bernabéu, para cerrar una primera semana de octubre sumamente dulce. Sin embargo, no sería una tarea fácil, ya que en frente tenia a un Osasuna situado en el ecuador de la tabla y con muchas ganas de reivindicarse. Y no solo eso, sino que al aire de revancha estaba en el aire después del encuentro que ambos conjuntos disputaron en la final de la Copa del Rey de la pasada campaña, que finalmente terminó decantándose hacia el lado blanco.

No obstante, las estadísticas no auguraban, ni mucho menos, una victoria fácil del Real Madrid. Y es que si bien el feudo blanco es por norma general un lugar inexpugnable, en las últimas dos visitas al Santiago Bernabéu, los pupilos de Jagoba Arrasate habían rascado un empate, con resultados 0-0 y 1-1. Una racha con la que el Real Madrid quería terminar, consiguiendo tres puntos que lo dejasen líder antes del parón, y con un Osasuna que, por su parte, buscaría esta vez no llevarse un empate, sino una victoria.

Una primera mitad de menos a más con dominio blanco

El encuentro arrancó con una larga posesión del conjunto blanco que dejó claras cuáles eran las intenciones de ambos conjuntos en lo que respectaba al inicio del encuentro. Un dominio ante el que no se asustó el conjunto navarro, al que no le quemaba la pelota en los pies pese a lo imponente del Santiago Bernabéu. Y tras unos primeros minutos de toma de contacto, el Madrid comenzaba a realizar buenas combinaciones en le medular, a pesar de que las llegadas continuaban siendo poco peligrosas.

Sin embargo, y como se suele decir en nuestro país, lo del conjunto blanco fue llegar y besar el santo. Y lo hizo a través de los protagonistas habituales en una jugada coral. Un balón filtrado de Luka Modric, titular después de varias jornadas, llegó a un Joselu que, con una maniobra de nueve puro, recibió de espaldas para descargar el cuero sobre un Jude Bellingham que tiene encandilado al Bernabéu, y con razón. Como si no costase esfuerzo, y con la calma de un veterano, el joven centrocampista inglés la piso dentro del área, dejando sentado a uno de los centrales rojillos, para posteriormente superar con un gran golpeo a Sergio Herrera y adelantar al Real Madrid. Y más allá de eso, a asentarse en lo más alto de la tabla del pichichi.

Ya con el resultado a favor, los de Jagoba Arrasate no tuvieron otro remedio que adelantar las líneas, ante un Real Madrid que ya se había asentado de forma permanente en el campo navarro. Y a pesar de que el dominio seguía siendo blanco, el Osasuna comenzó a llegar con más asiduidad a terreno merengue. Y es que en los minutos posteriores al tempranero gol, ambos equipos pidieron un penalti, tras infracciones cometidas sobre Budimir y Vinicius, respectivamente, pero el colegiado no vio nada punible en ninguna de las dos acciones.

Lo cierto es que la reacción del conjunto navarro al tempranero tanto blanco no fue mala, pero tal era el dominio de los mirlos de Carletto que las opciones de robar y correr hacia la meta de Kepa Arrizabalaga parecía por momentos misión imposible, ante un Madrid que ya se había vuelto a asentar en terreno rojillo, y tardaba poco en recuperar el balón tras cada pérdida. Un balón largo de Tchouaméni buscaba a Joselu, pero el control del ex del Alavés no fue bueno, y Sergio Herrera atrapó el cuero.

Fue Vinicius el que volvió a tenerla inmediatamente después para hacer el segundo, pero su remate se marchó por encima del larguero, ante la desesperación del brasileño, que no vio como Bellingham le doblaba por la banda, generando una situación de superioridad. Lo intentaba el Osasuna con balones largos, pero el balón parado era la única posibilidad del conjunto navarro de desentrañar la defensa blanca, pero incluso en ese aspecto los centrales merengues se mostraban muy superiores.

Pero, pese al dominio blanco, el segundo gol no terminaba de llegar, y el derribo constante tampoco, ante un Osasuna que no terminaba de estirar las líneas, con miedo a que el conjunto blanco le cazase al contragolpe. Pero poco a poco, el conjunto navarro logró salir de la cueva, y comenzó a tener un mayor dominio del esférico en el campo del Madrid, que por primera vez en todo el encuentro, dejó de monopolizar la pelota, igualando las fuerzas entre ambos.

Tal fue así que, conforme se acercaba el descanso, era evidente que el despliegue blanco había ido de menos a más, lo que había permitido a Osasuna un mayor dominio del esférico. Y pasado el minuto 40 de encuentro, los rojillos tuvieron su primera ocasión del encuentro, de la mano de un disparo lejano de Budimir que se marchó rozando el palo derecho de la portería de Kepa. No obstante, en los peores minutos del conjunto blanco, al borde del minuto 45, Joselu estuvo a punto de poner el segundo en el marcador tras una gran jugada de Modric que, en un remate que más de medio Bernabéu vio dentro.

Sin embargo, tras varios minutos en los que no ocurrió nada y durante el único minuto de prolongación que concedió el colegiado, fue el Osasuna el que estuvo a punto de poner las tablas antes de marcharse al vestuario. En un despiste de la zaga blanca, el conjunto navarro aprovechó una incursión por el perfil izquierdo para poner un centro a un Budimir que pudo controlar y rematar completamente solo en el punto de penalti, pero que, incomprensiblemente, la mandó muy por encima del larguero.

Un gran Madrid remata al Osasuna en la segunda mitad

Arrancó la segunda mitad con el mismo guion que lo hizo la primera: el Madrid parecía mucho más decidido a poner distancia con el Osasuna de lo que pareció en la primera mitad. y es que menos de un minuto después de la reanudación, y tras un error defensivo, Joselu la tuvo para hacer su gol una vez más. Pero en esta ocasión, el esférico se marchó rozando el palo de la portería defendida por Sergio Herrera. Tocaba y tocaba el Madrid en las inmediaciones del área de, un Osasuna, como durante buena parte de la primera mitad, se limitaba a repeler las acometidas blancas.

La diferencia respecto al ultimo cuarto de hora de la primera mitad es que, ahora, el conjunto blanco sí parecía volcado hacia el gol. El siguiente en intentarlo fue Camavinga, con un golpeo lejano tras el despeje en un córner, con el que no logró establecer contacto con la meta defendida por Herrera. Pero si había alguien destinado a marcar una distancia mayor en el marcador, ese debía ser, quién sino, Bellingham.

Un futbolista que ya ha dejado más que claro haber nacido para jugar en el Real Madrid, pareciendo tocado por una varita. Tras una nueva jugada coral en la que el Madrid movió de un lado a orto a la zaga rojilla, el esférico llegó a un Fede Valverde que no solo buscó, sino que encontró en líneas al mediapunta inglés. Y como ya hizo en el primer gol, definió con la facilidad de un nueve puro para superar por lo bajo a un Sergio Herrera, que nuevamente se veía obligado a recoger un balón que salió de las botas del inglés.

Reaccionó de inmediato el Osasuna, en busca del gol que les hiciese recortar distancias y meterse de nuevo en el partido. Y lo hizo con un balón que quedó en la frontal en los pies de un Torró que la pegó desde lejos, obligando a Kepa a realizar una gran estirada, siendo la primera y determinante acción del meta blanco en el encuentro. Y es que el Osasuna trataba de imponer una marcha más para hacer daño al conjunto blanco, pero no terminaba de encontrar la vía idónea.

Y si bien el Osasuna no las encontraba, sí lo hizo el Madrid. El conjunto rojillo se lanzó a terreno merengue en busca de su gol, otorgando grandes espacios a la espalda de la zaga. Una situación en la que Vinicius se siente como pez en el agua, y con mucho espacio para correr, encontraron al brasileño con muchos metros por delante tras una pérdida de Osasuna. Y tras una carrera, el carioca se plantó frente a Sergio Herrera, y con un recorte que recordó al mismísimo Ronaldo Nazario, superó al meta rojillo, para marcar de nuevo en Liga desde el mes de agosto, y sellando la sentencia del encuentro.

No obstante, el conjunto blanco se estaba divirtiendo sobre el césped, y la afición del Santiago Bernabéu, también. Y eso hacía que el conjunto blanco no pareciera dispuesto a levantar el pie del acelerador. Y es que poco después del tanto de Vinicius, el carioca volvió a recibir en la frontal del área, en su intento por zafarse, recibió falta de David García. Sin embargo, antes de irse al suelo, el carioca logro encontrar habilitado a un Joselu que, después de varios intentos, logró su tanto, sumándose a la fiesta de Vinicius y Bellingham, y poniendo el 4-0 en el marcador.

Tras esto, los dos grandes artífices de la goleada, Vinicius y Bellingham, abandonaron el terreno de juego para dar entrada a Rodrygo y Ceballos, momento en el que el conjunto blanco pareció levantar un poco el pie del acelerador. Sin embargo, ante el empuje del respetable blanco, el Madrid seguía apretando en busca de la manita. Y tras un centro chut que se envenenó, Carvajal estuvo a punto de conseguirlo, aunque Herrera logró enviar el esférico a córner.

No cejaba en su empeño el conjunto blanco de anotar el quinto en el marcador, y tras refrescar al equipo, Ancelotti también parecía estar buscándolo. A punto estuvo Rodrygo de conseguirlo tras un gran jugada de Fede Valverde que lo la zaga rojilla logró mandar a córner. Sin embargo, en la jugada posterior, un remate de Kroos desde fuera del área fue despejado con la mano por un defensor rojillo, señalando el arbitro la pena máxima, sin necesidad de que el VAR interviniera. Era Joselu quien buscaba su doblete, pero el lanzamiento, muy centrado, fue detenido por un Sergio Herrera, que se encaró con el fondo de detrás de su meta, algo que el Bernabéu le recriminó.

Pasaban los minutos y disminuyeron los decibelios del encuentro, con un Real Madrid que buscó la manita, pero no la encontró. No obstante, sí logró cerrar un partido en el que con una nueva exhibición de Jude Bellingham, secundada por el altísimo nivel de otros jugadores como Vinicius o Valverde, endosó cuatro goles que sirven a los de Ancelotti para asentarse aún más en lo más alto de la tabla de La Liga EA Sports. Y lo que es aún más importante, para cerciorarse de que en las botas del inglés, hay un Balón de Oro en ciernes.