Un Badajoz, con la soga al cuello, recibe a un líder intratable
CD Badajoz - CF Talavera | Sábado, a las 20:00h |Novena jornada de la Segunda Federación | Estadio Nuevo Vivero, Badajoz | Árbitro: Palomares Gutiérrez | Un Badajoz con el agua al cuello que está penúltimo, recibe al líder Talavera que está intratable y sigue invicto.
El 24 de junio de 1995 se produjo uno de los acontecimientos deportivos más emotivos que se hayan presenciado jamás en el deporte mundial. Pero detrás de una gran hazaña, evidentemente, hay uno o varios héroes. Sucedió en un país convulso, que enfrentó durante décadas a hombres y mujeres de distinta raza. Y, ustedes dirán, ¿cómo se puede conseguir un gran éxito deportivo, en un país en el que sus mismos ciudadanos se odian mutuamente? La respuesta es sencilla, pero hacerlo ya no lo es tanto. Teniendo un líder de verdad, de corazón, de esos que van en cabeza a la batalla. Y ese bendito país lo tuvo, vaya si lo tuvo. Y no uno, sino dos. Los recordarán de por vida.
Estos fueron los hechos. Ese líder humano tuvo la fortuna de llegar a la presidencia de su país, un año antes del gran evento deportivo del que les hablaba. Y tuvo la astucia y la intuición suficiente, para lograr una de las mayores gestas deportivas de la historia. Y así, concertó una reunión con el gran capitán de su selección -hay que puntualizar que cada uno de ellos representaba perfectamente a cada uno de los bandos-. Por lo que nadie vaticinaba nada bueno de ese encuentro. Cada uno defendía los intereses de su raza -las dos razas que llevaban luchando y odiándose durante décadas en ese hermoso país-. Pues nada más lejos de la realidad. En ese bendito encuentro ambos demostraron como se tienen que comportar y actuar unos verdaderos líderes.
Y es lo que aún no sabemos, si esto sucede en el conjunto que juega como local mañana en el estadio Nuevo Vivero. Ya que la extraordinaria y numerosa afición del CD Badajoz, aún desconoce si hay verdaderos líderes en su club. En el plano institucional todo apunta a que no. Pues no hay nadie del consejo de administración del club que dé la cara, de explicaciones o, al menos, pida perdón, por la calamitosa temporada que llevan. Y así, vimos como el encargado del Área Social del club, era el único que daba la cara esta semana y pedía perdón por el descalabro deportivo. Lo que demuestra que, al menos, hay alguien en el club de la capital del Guadiana, que siente los colores blanquinegros.
Pero es que además, y esto es más desalentador aún, tampoco hay visos de que alguien lidere la faceta deportiva. Un director deportivo que apenas da la cara o echa balones fuera -cuando es palpable que la planificación deportiva ha sido un fracaso-. Empezando por apostar por un entrenador que había descendido al club pacense. Y que, para más inri, ha vuelto a dejarlo en descenso -pero esta vez a la Tercera Federación. Y si nos adentramos en el vestuario, un tanto de lo mismo. Empezando por quién tiene que llevar el brazalete de un histórico como el Badajoz. Carlos Cordero lo lleva con el único mérito de ser el único jugador que permanece de la nefasta temporada pasada -sin contar al canterano Narváez-. Y el pasado domingo cometía su enésimo error grosero, desde que es blanquinegro.
Lo que es obvio es que un jugador tan fallón y tan irregular no puede ser el capitán de un equipo. Y menos de un histórico como el Badajoz, que ha tenido capitanes enormes. Un capitán tiene que ser un auténtico líder y para eso debes ser, o intentar ser, el mejor. Ser un referente institucional para tus compañeros y para la afición. Pero también un referente deportivo. Estando Miguel Núñez en la plantilla -que ya fue un digno capitán-, no se explica que no se haya contado con él, para tan encomiable labor. Lo que es obvio es que el equipo no carbura. Se ha cambiado al entrenador y se ha apostado por la experiencia del durangués Iñaki Alonso -entrenador con sangre extremeña-. Pero el equipo dio muestras de las mismas carencias de las últimas campañas. Vimos que sólo fue capaz de competir a un buen nivel durante media hora, pero a partir de ahí se desinfló. Demostrando, temporada tras temporada, una pésima preparación física. Lo que le llevó a recibir un baño en la segunda parte, donde pudo salir goleado en el estadio Mariano González, ante el Navalcarnero.
Pues mucho tendrá que mejorar el conjunto extremeño, ya que mañana recibe, nada más y nada menos, que al brillante líder del grupo 5 de esta Segunda Federación. Un CF Talavera que llega a tierras extremeñas -acompañado de su extraordinaria afición, hermanada con la blanquinegra-, dispuesto a seguir invicto y seguir liderando su grupo, en busca del ascenso directo a Primera Federación. Y deberá hacerlo, pues el Numancia, el otro gran candidato al ascenso en este grupo, ya le pisa los talones a tan sólo dos puntos. A este partido, el conjunto de la ciudad del Tajo, llega con unos números extraordinarios: 5 victorias, 3 empates, 11 goles a favor y tan sólo 2 goles encajados.
Este es el punto fuerte del conjunto talaverano. Pues el equipo que entrena un hombre de la casa, como es Pedro Díaz, donde se hace fuerte es en defensa. Contando con el que puede ser el mejor guardameta de la categoría, Biel Rivas. Y con una defensa muy experimentada y un once muy solidario. Que juega con las líneas muy juntas, sin apenas dejar espacios a los rivales. Y haciendo daño cuando tiene que hacerlo. Destacando en esta estupenda plantilla, confeccionada para el ascenso, con jugadores de mucho nivel como: su brújula Javi Rey, que le da equilibrio y liderazgo a su equipo. O su extremo izquierdo, el argentino Szyma, que tiene un gran olfato goleador y ya lleva 4 goles. O su extremo derecho Edu, que fue el autor del gol la semana pasada en Cobeña ante el Ursaria -demostrando un gran potencial por banda los manchegos-. O la polivalencia en medio campo del jugador de Burkina Faso, Tass. Y el incansable trabajo de su nueve, el marfileño, Dago.
Con todo eso llega el Talavera a tierras extremeñas. Números y hechos que demuestran que el conjunto de la ciudad de la Cerámica llega con varios líderes en su plantilla. Líderes que intentan acercarse y emular a aquellos dos extraordinarios personajes, de los que les hablaba al principio de este humilde artículo. Que no fueron otros que el presidente de Sudáfrica, Nelson Mandela y el capitán de los Springboks, François Pienaar. Madiba, como gustaba llamarlo su gente, había pasado 27 años en prisión. Y lejos de salir con rencor y hacer daño a sus enemigos, tendió la mano para que la paz entre blancos y negros fuese posible. Y es entonces cuando vio una oportunidad en el deporte, para poder unir a un país.
De ahí su acercamiento a Pienaar, capitán del equipo de rugby de Sudáfrica. Ambos planearon un plan que uniría para siempre a un país, que estaba dividido por el Apartheid. Empezando porque jugaría en ese equipo, por primera vez en su historia, un jugador de raza negra, Chester Williams. Lo que haría que toda la comunidad negra apoyase sus colores. El resto, ya lo saben, es historia. Los Springboks se colaron en una final inédita hasta entonces. Ante los All Blacks -que contaban con el mejor jugador del mundo, Jonah Lomu, en el mítico estadio Ellis Park de Johannesburgo. (De hecho en ese escenario no volvió a verse algo tan grande, hasta que España se proclamó campeona del mundo, ante Paises Bajos, el 11 de julio de 2010). Y consiguieron lo impensable, proclamarse campeones del mundo de rugby, en un partido memorable -les recomiendo ver el film de Clint Eastwood, «Invictus». O lean el libro «El facto humano» de John Carlin-. Hecho que, curiosamente, se puede producir mañana mismo en París. Donde los Springboks vuelven a verse las caras ante los All Blacks, en una final de la Copa del Mundo de rugby, 28 años después. Y, lo más increíble, es que todos volveremos a ir con los sudafricanos. Y esto será así, gracias a dos personas irrepetibles. Dos líderes con mayúsculas, que antepusieron los intereses de todo un país, a los suyos personales: Madiba y Pienaar, gloria para ellos.
