La victoria del conjunto ché ayer en Mestalla servía para dar el primer respiro de cara a una clasificación en la que los equipos de media tabla hacia abajo están infra puntuando.
El Valencia llegaba con la presión o calma, depende de como se quiera ver el vaso, de ganar para meter leña y espacio con los equipos que iban del décimo al vigésimo clasificado, ya que ninguno de ellos había ganado este fin de semana.
Además la noticia de Canos por la mañana de no entrar en la convocatoria, y dejar así bastante seco de posibilidades de cambios a Baraja, no auguraba una tarde fácil de futbol en Mestalla, pero nada más lejos de la realidad.
En los primeros minutos Gaya hacía el primero con un gesto técnico espectacular, en el trascurso de los minutos expulsaban a uno del Cádiz y al poco rato el valencia ponía la puntilla con el segundo en una muy buena primera parte.
La segunda, estuvo peor gestionada, dejando algunas llegadas en los minutos finales que pudieron convertirse en gol; pero ahí estaba Mamardashvili, que poco trabajo tuvo, y pudo acabar de sacar la tercera portería a cero de la temporada.
Antes de lo que ocurrió hay que decir, que buena parte de la afición temía una derrota, que en el hipotético escenario te hubiera dejado en la misma posición en la tabla y con unas salidas a Bilbao y Santiago Bernabéu, cuanto menos complicadas a la hora de puntuar.
Pero ya, el panorama es diferente, siendo realistas, las salidas siguen siendo complicadas para puntuar, pero el hecho de haber metido tierra de por medio ante un rival que el año pasado fue directo, deja mucho mejor sabor de boca.
No solo es que el año pasado fuera rival directo, sino que se perdieron los dos partidos; y este año ganándolo se rompió una racha mala que venía arrastrándose desde que Baraja era jugador: quince años sin ganar en casa al Cádiz.
La tierra o el colchón de puntos no solo es frente al Cádiz, sino frente a nueve equipos que tienen un punto o menos, hasta llegar al Celta que es el que marca la zona de descenso y al cual le sacas ocho puntos.
Con lo expuesto anteriormente, mucho hay que perder y que el resto de equipos ganen para meter al Valencia ahí abajo, aun así, y como bien se ha comentado al principio, los equipos de abajo dan la sensación de estar puntuando por debajo del ritmo.
Seguramente, en algún tramo de temporada tocará apretar los dientes con un Valencia que al fin y a la postre, y acorde a las declaraciones de los mandatarios del club, el objetivo marcado es el de la salvación, aunque de momento parece estar salvándolo con nota.
Solo el futuro sabrá lo que nos depara, lo que sí está consiguiendo el equipo en el presente, son las ganas de que llegue el siguiente partido en Mestalla, donde se han cosechado tres victorias y dos derrotas, y es que, el templo valencianista tiene que convertirse en un fortín.