Vinícius de Oro

El brasileño certificará su condición de mejor futbolista del mundo tras levantar su primer Balón de Oro

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“Trabajo para ganar el Balón de Oro. Me gustaría hacerlo con 25 o 26 años, en plena madurez”. Estas eran las palabras de Vinícius Júnior allá por 2019 en una entrevista con Manu Carreño. Un futbolista que, por aquel entonces, no era más que la promesa de 18 años recién llegada del fútbol brasileño al que era su sueño, en Real Madrid, y que en ese momento no era consciente de que, en el futuro, su trabajo llegaría a adelantar un año ese sueño.

Mucho ha llovido desde entonces, y el camino de Vinícius desde entonces hasta el día de hoy no se puede decir que haya sido un camino de rosas. Y es que desde aquel 2018 en el que aterrizó con la ilusión de un niño de triunfar con la camiseta blanca, el camino ha sido tan tortuoso como enriquecedor, tanto para el mundo del fútbol como para el propio Vini.

Y es que Santiago Hernán Solari, allá por 2019, dio sin saberlo en la clave que un día terminaría por convertir al brasileño en el mejor jugador del planeta: “Tiempo y juego. Pero no todo ha sido tan fácil para un Vinícius que no solo no ha tenido siempre el beneplácito de sus entrenadores consigo, sino que fue convertido en un hazmerreír por parte de un gran sector del fútbol español.

Un sector que convirtió a un recién llegado de tan solo 18 años en el objeto de todas las burlas. Porque no metía goles, porque no le salían los regates, y porque estaba muy, muy, muy por debajo del resto de jóvenes promesas en el panorama internacional. Hasta el punto que ese niño de tan solo 19 años rompió a llorar tras marcar un gol en el Bernabéu a causa de la enorme presión.

Por suerte para el fútbol, para el Real Madrid y para el propio futbolista, nadie ha creído más en Vini que el propio Vini. Un futbolista que ha hecho gala a lo largo del último lustro de una fortaleza mental al alcance de muy pocos. Y ante las críticas, fútbol. El futbolista brasileño estaba empeñado en convertirse en el mejor del mundo, y poco a poco, convirtió las risas en silencio. El silencio temeroso del que sabe que aquel que solía ser objeto de burla, ahora viste el traje de verdugo.

Y es que Vini empleó en trabajar el tiempo que otros se dedicaban a desprestigiarle. Y cuando aquellos que lo desprestigiaban se quisieron dar cuenta, aquel que solía ser motivo de burla se había convertido en una máquina imparable. Y así lo atestiguan las cifras. Porque desde que Vini se enfundó por primera vez la camiseta del Real Madrid ha levantado 13 títulos, y el Barça, su principal competidor, lo ha hecho tan solo en cuatro ocasiones.

Muchos títulos, muchos goles e infinidad de hitos más tarde, aquel niño que llegó de Brasil en 2018 con el sueño de convertirse en el mejor jugador del mundo, levantará mañana su primer Balón de Oro. Después de sobreponerse a los insultos, a las críticas, a las burlas y a unas expectativas que habrían hundido a la mayoría, demostrando que la fe es capaz de convertir las promesas en destino.

Caer y levantarse, con la perseverancia de aquel que sabe que tarde o temprano conseguirá todo aquello que se proponga. Y se lo dedica a aquel niño que abandonaba el Bernabéu entre lágrimas en 2019 tras caer lesionado en la debacle del Real Madrid ante el Ajax, que hoy está feliz viendo cómo aquellos sueños con los que llegó a España, hoy son una realidad.

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