Osasuna – Oviedo, el análisis
Derrota de los asturianos que les deja ante tres auténticas finales si quieren alcanzar la zona noble de la tabla
Dicen que en una competición como LaLiga 1|2|3, la felicidad suele durar más bien poco. Algo así deben pensar los oviedistas tras lo sucedido en Pamplona. No por la victoria de la semana pasada, sino porque vieron como un gol de oro de Miguel Linares era remontado en una segunda parte donde Osasuna fue infinitamente superior. Con la clasificación tal y como está, al Oviedo solo le queda apretar los dientes y sacar nueve de nueve. Eso sí, también habrá que esperar un tropiezo en la zona alta de la tabla. Solo así se conseguirá llegar al ansiado playoff. Primera final, la semana que viene, en el Tartiere, ante el Sevilla Atlético.
- De más a menos. El Oviedo supo lo que se jugaba desde el primer momento. Desde que saltasen a calentar al césped de El Sadar, los futbolistas de Juan Antonio Anquela mostraron caras de concentración, sabedores de que por allí pasaban muchas de sus opciones. Entraron bien al partido, con intensidad, con ganas y con fútbol. Linares encontró la red en el tramo inicial del encuentro, y ahí el conjunto asturiano comenzó a desaparecer poco a poco. Fue cuando Osasuna dio un paso al frente y comenzó a creer en que sí se podía. Al final, los rojillos se llevaron los tres puntos.
- Sin balón es más difícil. Ya lo dijo Anquela en la rueda de prensa. En actitud no se puede reprochar nada, pero si no tienes el balón, el fútbol es muy complicado. Y algo así le pasó al Oviedo en la segunda mitad. No supo tener calma y paciencia con el balón en los pies. Imprecisos, dando balones largos que nunca encontraban una camiseta azul, con pelotazos frontales que casi siempre eran para los centrales o el portero. Y así es prácticamente imposible ganar. Porque los asturianos se pasaron buena parte del encuentro corriendo detrás de la pelota, y eso, a la larga, se notó.
- Saúl-Linares, imposible más con menos. Si hay que sacar algo positivo del encuentro es, sin duda, la dupla que formaron Berjón y el capitán Linares. Estuvieron solos ante el peligro la mayor parte del encuentro. El ovetense puso el fútbol, como siempre. Cada vez que la tocaba pasaban cosas, pero estaba muy solo. Al igual que Linares, que cuajó un encuentro de ‘9‘ puro. Entre los dos, y con la colaboración de Diegui, se inventaron el tanto de los oviedistas. Además, ambos llevaron todo el peligro carbayón a la meta rival.
- Superados en la segunda mitad. Tras una buena primera parte, el Oviedo cayó en picado. La salida de vestuarios no le sentó bien a los de Juan Antonio Anquela. Osasuna creció desde el primer minuto del segundo acto, y los asturianos se vieron superados. Los rojillos comenzaron a crear ocasiones, algunas muy claras. Aunque fue en un balón largo donde encontraron un penalti que convirtió Fran Mérida. David Rodríguez, que entró en la segunda mitad, perdonó en la primera que tuvo, pero no falló a la segunda. Remontada en una segunda parte para olvidar.
¿Por qué no se va a poder?
- Hasta el último minuto del último partido. Pese a la derrota en Pamplona, el oviedismo aún cree. Porque puede ser posible, porque en una categoría como es la Segunda División todo puede pasar. Aún restan nueve puntos hasta llegar al final, y el Oviedo jugará seis de ellos ante su afición. También quedan muchos duelos directos, con todo por jugarse. Partidos a cara de perro donde cualquier cosa puede suceder. Por eso, el Oviedo sigue creyendo. Son tres finales las que se va a jugar el equipo de Juan Antonio Anquela. Nueve puntos que debe sacar sí o sí. Y a eso se debe sumar que hay que esperar a que uno de los de arriba pinche. Por todo ello, por qué no se va creer.
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