El próximo 26 de mayo, el Real Madrid y Liverpool disputarán la final de la presente edición de la Champions League en el Estadio Olímpico de Kiev. El camino a la final ha estado repleto de enfrentamientos vibrantes para ambos conjuntos, a continuación analizaremos el recorrido que les ha llevado a disputar la gran final.
Fase de grupos:
La primera fase del torneo, la fase de grupos, ha presentado características bastantes distintas para uno y otro equipo. En el caso del conjunto inglés, su grupo era más asequible que el del Real Madrid, ya que sus rivales eran el Sevilla, el Spartak de Moscú y el Maribor, aunque también hay que recalcar que los resultados obtenidos por el conjunto de Klopp fueron más regulares, lo cual llevó a su equipo a ser el líder del grupo.
En el caso del Real Madrid, desde un principio estuvo dentro del ‘grupo de la muerte’, compuesto por el Tottenham, el Borussia Dortmund y el APOEL. A pesar de la irregularidad del fútbol de los de Zidane, desde un principio el duelo principal por ser cabezas de serie estaba entre el conjunto español y el inglés. Este se decidió en los enfrentamientos directos entre ambos, un empate en el Santiago Bernabéu y una dura derrota por tres goles a uno en Wembley supuso el descenso al segundo puesto del grupo de los merengues.
El camino del Liverpool:
Ante esta situación, el principio del camino del conjunto inglés en la fase eliminatoria se preveía más asequible, ya que se enfrentaría a un segundo de grupo. El sorteo le emparejó con el Oporto de Iker Casillas, al cual vapulearon en la ida en el Estadio do Dragão imponiéndose por cero goles a cinco, gracias a un hat-trick de Sadio Mané, mientras que en la vuelta el resultado fue de empate a cero, debido a que los de ‘The Kop’ jugaron a medio gas debido al resultado de la ida.
En cuartos de final el Liverpool se enfrentó a su primer gran desafío, ya que el destino decidió poner en su camino al Manchester City, considerado uno de los favoritos a alzarse con la Champions y, según algunos, única esperanza del fútbol británico. La presión no pudo con los reds, que arropados por el calor de Anfield, a la media hora de partido ya se encontraban tres goles arriba en el marcador, y dando un auténtico baño futbolístico a los de Pep Guardiola. El encuentro finalizó con ese resultado, y los blues prometieron dar todo en la vuelta para acceder a las semifinales del torneo. El inicio presagiaba un mal augurio para el Liverpool, pues el City se adelantó en el marcador en el minuto dos gracias a un gol de Gabriel Jesús. Sin embargo, los de Klopp no sólo mantuvieron su ventaja sin dar ninguna oportunidad al City, sino que incluso dieron la vuelta al electrónico y se alzaron con la victoria gracias a la sentencia de Firmino a escasos minutos del final.
En semifinales, y ya asentado como un candidato firme al título, el sorteo emparejó a los reds con el rival ‘menos peligroso’, la Roma, que venía de eliminar al FC Barcelona tras una gesta histórica en el Olímpico de Roma. La ida tendría lugar nuevamente en Anfield, donde los ingleses no defraudarían. Durante la mayor parte del encuentro dieron una absoluta cátedra del fútbol, y a la hora de partido habían endosado una manita al conjunto italiano, con un gran protagonista: Mohamed Salah, quien se enfrentaba a su antiguo equipo, anotó dos goles, que no celebró, y dio dos asistencias. Cuando éste se retiró del campo, el equipo romano anotó dos goles, recortando diferencias y manteniendo un ápice de esperanza de cara a la vuelta. La Roma se encontraba ante la posibilidad de llevar a cabo otra gesta ante su público, y a pesar de que fue el equipo inglés el primero en golpear, el conjunto capitaneado por De Rossi no dejó de creer, hasta el punto de que el Liverpool terminó pidiendo la hora. El encuentro finalizaba con un cuatro a dos que dejaba al conjunto italiano ahogado en la orilla, pero ya era oficial: El Liverpool regresaba a una final de Champions once años después.
El camino del Real Madrid.
Los blancos, por su parte, comenzaban su andadura con una piedra en el camino: Se enfrentó en octavos a uno de los favoritos de la competición: El campeón de Francia, el PSG de Neymar, Verratti, Mbappé… La ida tuvo lugar en el Santiago Bernabéu, y no pudo empezar de peor forma para el conjunto merengue, Rabiot adelantó a los parisinos tras una segunda jugada que pilló despistados a los zagueros blancos. Al borde del descanso, Cristiano puso las tablas en el marcador al filo del descanso de penalti.
Sería un nombre propio el que marcaría el desenlace de este encuentro: Marco Asensio. A falta de diez minutos, Zidane decidió ir a por el encuentro y retirar a Casemiro, futbolista defensivo, para dar entrada al mallorquín. La jugada le salió bien al técnico francés, pues Asensio revolucionó el partido y marcaron de forma casi consecutiva Cristiano el segundo, y Marcelo el tercero, a pase de Marco. Para la vuelta, desde las entrañas del conjunto francés se prometió que el Parque de los Príncipes ardería para recibir al campeón de Europa. Zidane no se sintió intimidado, y siguiendo su sistema de meritocracia, dio un puesto en el once a Asensio y a Lucas Vázquez, quienes se lo ganaron por méritos propios. El incendio parisino comenzó en la grada, pues decenas de ultras introdujeron bengalas que hacían que el terreno de juego pareciese el mismo infierno. Sin embargo, cuando el incendio llegó al campo, fue Cristiano, como de costumbre, el encargado de sofocarlo con un gol que aniquilaba las esperanzas del PSG. El encuentro finalizó con la victoria del Madrid por un gol a dos, la rajada de los directivos franceses, y el Madrid en cuartos.
La suerte tampoco sonrió al madridismo en los cuartos de final, pues el sorteo decidió reeditar la pasada final de Champions, enfrentando de nuevo al campeón de España con la Juventus, campeón de Italia. En esta ocasión, la ida tuvo lugar en el Juventus Stadium, ante una afición sedienta de venganza tras la goleada recibida en la pasada final. Poco tardó Cristiano, concretamente dos minutos, en dar un golpe sobre la mesa en forma de gol. A pesar del mazazo, la Juve seguía intentando perforar la portería blanca, lo cual impidió un más que acertado Keylor Navas. Ya en la segunda mitad, Cristiano volvió a poner tierra de por medio, en esta ocasión con una espectacular chilena (de lo poco que le faltaba en su repertorio) que pasará a los anales de la competición. Minutos después. fue de nuevo Marcelo, quien sentenciaría el encuentro y prácticamente la eliminatoria.
Pero en la Champions League el ‘prácticamente’ no existe, y como la confianza se paga, los de Allegri empataron la eliminatoria en la primera hora de partido en el Bernabéu. Con un Bernabéu nervioso, que veía como se equipo estaba cerca de quedarse fuera de ‘su’ competición tras desperdiciar una renta de tres goles, el encuentro no se decidiría hasta el último suspiro del partido. Un derribo de Benatia a Lucas Vázquez dentro del área, cuya claridad no evitó la polémica, dio al Madrid la oportunidad de meterse de nuevo en unas semifinales de Champions. El verdugo, como siempre, Cristiano Ronaldo, quien ya sumaba once partidos consecutivos de Champions viendo puerta.
En semifinales se vería con otro campeón nacional, el Bayern de Múnich, en una eliminatoria de reencuentros. El Madrid y el Bayern, Zidane y Heynckes, Cristiano y el Allianz… Los bávaros recibirían a los blancos en su feudo en la ida, con una palpable sed de venganza, que se reflejaría en el campo con el tempranero gol de Kimmich, tras un error de Marcelo, que pudo resarcirse al borde del descanso tras una volea desde fuera del área que puso el empate en la eliminatoria. En la segunda mitad, fue otra vez Marco Asensio el encargado de amargar la noche a los alemanes, marcando el uno dos definitivo que daba ventaja al Madrid para la vuelta.
En el partido de vuelta, el conjunto merengue vivió un deja vú, encajando un gol en el minuto dos de partido, al igual que ante la Juve, que ponía en peligro la ventaja obtenida en la ida. Un doblete de Benzema parecía alejar los fantasmas de aquella esperpéntica noche, y aportar tranquilidad al conjunto merengue. Nada más lejos de la realidad, pues un gol de James, quien pidió disculpas efusivamente al que hasta hace un año fue su público, ponía a los de Zidane a un gol de la eliminación a falta de media hora para el pitido final. Sin embargo, el Madrid demostró que un equipo campeón también debe saber sufrir, y se limitó a resistir el asedio bávaro para acceder a la final, con la figura de Keylor sobresaliendo por encima de todas las demás.
Estos son los caminos que han llevado a dos históricos de Europa a disputar una nueva final de Champions, en un partido que reeditará aquella lejana final de 1981 que se saldó con una victoria para el conjunto red, en un conjunto que reunirá 17 campeonatos europeos en total. ¿Triunfarán los blancos o los reds? ¿Zidane o Klopp? ¿Cristiano o Salah? ¿Keylor o Karius? ¿La Décimotercera o la Sexta?
Pronto lo sabremos.
Por @diegoaguado97