Will Power ganó las 500 Millas de Indianápolis

Como cada último domingo de mayo, desde hace más de 100 años, Estados Unidos centró su atención en las 1.100 Millas más emocionantes del año: Primero con las 500 Millas de Indianápolis, y luego NASCAR con las 600 Millas de Charlotte, que este año fueron ganadas por Kyle Bush, quien se anotó un hecho al alcance de pocos.

En una de las tardes más calurosas que se recuerden en los últimos años en el óvalo de Indiana, se corrió la edición 102 de las emocionantes 500 Millas de Indianápolis. La carrera que muchos sueñan, otros rozan con la punta de los dedos, pero solo unos cuantos saborean al final del día.

Los más supersticiosos dicen que el óvalo de 2.5 millas escoge a su ganador desde el primer día que se abre la pista, cada nuevo mes de mayo. Y este año, el elegido fue: Will Power…

El australiano, de larga trayectoria en el automovilismo norteamericano, había conseguido victorias importantes, el título y sus estadísticas se asemejan a la de los grandes nombres de las carreras de autos fórmula, pero le faltaba besar el enladrillado más amado de todos.

En este 2018, Power inscribió con letras doradas su nombre entre los ganadores de las 500 Millas y además, se convirtió en el primer australiano en ganar la carrera más importante de autos open-wheel de los Estados Unidos.

Pero la gran victoria del campeón 2014 de Indycar no fue el único hecho destacable de la jornada, puesto que la atención también estuvo centrada en otros dos pilotos que fueron protagonistas de sus propias historias: Hélio Castroneves y Danica Patrick.

El brasileño Castroneves llegó a Indianápolis, por primera vez en más de 15 años, como piloto ocasional, teniendo contrato con Penske para correr solo esta fecha del campeonato. El motivo: conseguir la esquiva cuarta victoria que le permita unirse al selecto grupo de máximos ganadores de la prueba, sitio que por un año más, seguirán ocupando sin mayor compañía, A. J. Foyt, Al Unser, Sr y Rick Mears.

Infortunadamente, el romance con la catedral no terminó de la mejor manera, cuando en la vuelta 145, el brasileño perdió su auto saliendo de la curva 4, y tras un trompo, terminó impactando las barreras en la pared interna de la recta principal, justo en la entrada al pit lane. No se sabe aún si fue el último intento del tres veces ganador, puesto que ya no corre regularmente en la categoría y sus 43 años, dan un panorama nublado para 2019.

Por su parte, Danica Patrick había escogido Indy 500 como la última competencia como piloto de su impresionante carrera. Si bien los números globales de la piloto nacida en Wisconsin no son del todo favorables, Danica abrió el camino a las mujeres en un mundo dominado por hombres, con resultados memorables e históricos.

Patrick fue la primera mujer en ganar una carrera en Indycar, la mayor categoría de autos fórmula en los Estados Unidos, además de ser la primera en lograr una Pole en NASCAR, hito que consiguió nada más y nada menos que en las 500 de Daytona en 2013.

Pero cuando repasamos la trayectoria de Danica en Indianápolis, sus estadísticas son realmente brillantes: incluyendo 2018, corrió 8 ediciones, clasificó Top 10 en 6 ocasiones, siendo 4° su mejor posición de salida en 2005. En su debut, pasó a ser la primera mujer, y hasta el momento la única, en liderar la carrera, cuenta que lleva en 29 vueltas, sumando las de 2011. Su mejor resultado histórico fue en 2009, terminando 3° y además tiene 6 Top 10.

Aferrada a estas cifras, volvió para cerrar su carrera, pero el esperanzador comienzo, reflejado en su séptimo lugar de partida, se apagó cuando un golpe con la pared en la salida de la curva 2 en la vuelta 67, dejó su auto destruido. Dando por terminada, a menos que decida lo contrario, su carrera como piloto en activo.

A estas dos grandes historias, sumamos la impecable remontada de Alexander Rossi. El ganador de la edición 2016, ex F1, tuvo una jornada de clasificación para el olvido, ubicándose recién 32° en la grilla de partida.

El domingo, el día que había que acelerar, fue el hombre espectáculo. Pasó a todos los que pudo por el lado externo, entre las curva 1 y 2, remontó con una estrategia agresiva y terminó con un impresionante 4° lugar final.

Para finalizar, mención especial para los más osados en la estrategia: Scott Dixon, Carlos Muñoz, Jack Harvey, Stefan Wilson y Oriol Servià.

Dixon, ganador en 2008, estuvo toda la carrera Top 10, pero al verse sin la velocidad para pelear mano a mano, se la jugó, fiel al estilo de Mike Hull, su ingeniero, a sorprender con la estrategia. Al final no salió, pero terminaron terceros.

Misma variable intentó Muñoz, el colombiano dos veces segundo en el óvalo, se la jugó junto a Josef Newgarden a un cambio de estrategia temprano, pero al final no se dieron las cosas como las pensaron y su periplo culminó con sendos Top 10, aunque lejos de la victoria. Destacar que el colombiano hizo su último ingreso sobre el final de carrera.

Hablando del final de carrera. Aún muchos se preguntan porque Wilson, quien cediera su asiento a Fernando Alonso en 2017, Harvey y Servià, no se la jugaron hasta el final cuando tenían todo de cara para llevarse la gloria o morir por ella. Su precipitado y sincronizado ingreso a los boxes, dejó en bandeja el triunfo a Will Power a poco menos de dos vueltas para el final.

Por anotar, Ed Carpenter, el Poleman, ocupó ese lugar que ninguno quiere y del que nadie se acuerda al día siguiente: terminó segundo.

Pasó un año más de las 500 Millas, una oportunidad menos para muchos y el nacimiento de la esperanza para otros. Este año dominada por un australiano, que sumado al triunfo de Daniel Ricciardo en Mónaco, otra cita de la llamada Triple Corona del Automovilismo, puso a celebrar a todo un país.

Las luces se apagan, los aficionados apenas van saliendo, los autos recién se están empacando; pero la cuenta regresiva para la edición 103 de las 500 Millas de Indianápolis, ya comenzó.

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