GP de Canadá: Una carrera que nos sabe a poco
Sebastian Vettel logró la victoria en el Gilles Villeneuve en una carrera que nos dejó pocos momentos de emoción.
Al tratarse de uno de los grandes premios que más emociones ha generado históricamente dejamos Canadá con la sensación de que nos ha faltado algo más. La carrera empezó fuerte con el espectacular accidente entre Brendon Hartley y Lance Stroll, pero después la poca variedad estratégica y la dificultad para adelantar terminaron por confirmar nuestros temores.
La salida mantenía el orden de los pilotos que iban en cabeza, pero la situación cambiaría ligeramente al comenzar las paradas. Lewis Hamilton era el primero en parar buscando un undercut sobre Daniel Ricciardo, pero los Red Bull actuaron bien y se deshacieron de los hiperblandos rápidamente. Más adelante Sebastian Vettel, Valtteri Bottas y Kimi Raikkonen aguantaban con los ultrablandos la mayor cantidad posible. Finalmente todos paraban y, mientras que Vettel y Bottas mantenían las dos primeras posiciones, Raikkonen se iba a la sexta plaza por detrás de Hamilton. Aunque la menor edad de los superblandos del finlandés hacían presagiar que intentaría el adelantamiento sobre el piloto de Mercedes, poco después se vió que le faltaba ritmo para luchar por la quinta posición.
La poca variedad de estrategias confirmaba que con el comportamiento tan extraño de los Pirelli los equipos no se la jugarían a ir a dos paradas. De hecho, los Red Bull duraron con los hiperblandos más vueltas que muchos otros pilotos con los ultrablandos. Por no hablar de que algunos pilotos llegaron a dar 60 vueltas con el neumático superblando que, si bien era el más duro de los compuestos disponibles, demostró una vez más que la gama de Pirelli necesita simplificar sus productos.
Uno de los momentos de la carrera fue cuando la modelo Winnie Harlow comenzó a ondear la bandera a cuadros una vuelta antes de finalizar la carrera debido a un malentendido con dirección de carrera. Por suerte, la mayoría de los pilotos fueron advertidos a tiempo de este error y no tuvimos que lamentar ningún error catastrófico. Una anécdota más para la historia.
Renault volvió a dejar claro que el cuarto puesto en el mundial de constructores lleva su nombre. Nico Hulkenberg y Carlos Sainz fueron séptimo y octavo respectivamente, por detrás únicamente de los seis «inmortales». Solo un pequeño incidente de Sainz con Sergio Pérez puso en peligro las opciones del madrileño. Los comisarios finalmente decidían que no habría sanción para el español, después de que el de Force India pidiera bandera negra por radio.
Otro que dió mucha guerra fue un joven monegasco que está siendo la comidilla del paddock durante esta temporada. Charles Leclerc mantuvo un intenso duelo con Fernando Alonso en las primeras vueltas, aunque finalmente el asturiano lo pasaría a través de un undercut. Pero la cosa no quedaría ahí para el de Sauber, ya que tras el repentino abandono del de McLaren Leclerc pudo ascender hasta la décima posición obteniendo puntos nuevamente con un coche que no pertenece a esa zona de la parrilla.
Nuevamente se vuelve a comprobar que unos Pirelli predecibles, una aerodinámica excesiva y unas estrategias poco arriesgadas son la receta perfecta para una carrera más que soporífera. Las expectativas tampoco son muy altas si tenemos en cuenta que la próxima carrera será en Paul Ricard, el circuito de las mil escapatorias. Ese desierto de asfalto que permite tantos errores como los pilotos quieran. Siempre nos quedará LeMans…
Fotos vía: Formula1.com
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