Depor 2018-2019: Natxo González y objetivos
Con el descenso de categoría se confió en el entrenador vasco, Natxo González para asumir el reto de ascender al club un año después del descenso con números paupérrimos.
El descenso de categoría ha significado un vuelco a las aspiraciones del club a largo plazo, por lo que los objetivos fijados para las próximas campañas han de ser replanteados. El primer objetivo, que es clave para cumplir los demás, es recuperar el hermanamiento con la afición, que en momentos de la pasada campaña se vió deteriorado por la actitud de los jugadores y pitos desde la grada. En este apartado el club va por buen camino, ya que el número de abonados antes de que empiece la liga ya ronda los 20 000.
En el apartado de objetivos deportivos, el Dépor aspira a volver a la categoría dorada del fútbol español, como ya hiciera en sus últimos dos pasos por la Segunda División. Con el segundo tope salarial más alto de la competición, y habiendo retenido a varios jugadores con nivel de Primera (como Fede Cartabia, que anunció su permanencia en el club hace unos días), luchar por las posiciones de cabeza -ya sean de ascenso directo o de playoff- parecen la meta del equipo.
Otro objetivo deportivo es ir incorporando jugadores del Fabril al primer equipo, ya que ahora ambas plantillas se encuentran separadas solo por una división. Ascender haría posible sostener el acuerdo financiero alcanzado con Abanca el pasado verano, donde se garantizaba la viabilidad del club estando hasta dos temporadas en segunda; de no ascender esta temporada o la siguiente, tendría que ser renegociado. En definitiva, recuperar la ilusión, reestructurar el equipo, hacer un grupo fuerte y unido, y luchar por un sitio la próxima campaña en la Liga Santander, que es donde el club -por méritos históricos- merece estar. Y para este cometido, confió su proyecto de retorno en el vasco Natxo González.
Natxo González aterriza en A Coruña para intentar lo que no logró con el Real Zaragoza: el ascenso. E intentará lograr el objetivo con el esquema que aupó al club maño desde las plazas de la zona roja de la tabla hasta la tercera plaza que otorga privilegios en el playoff.
Ese 4-3-1-2 que hizo que el Real Zaragoza lograra meterse en puestos de privilegio tras lograr 42 puntos en la segunda vuelta, consiguiendo además hasta seis victorias consecutivas, un logro nada fácil en una categoría tan reñida como la Segunda División. Con Eguaras como ancla llevando la manija del equipo, así como con Zapater o Guti haciendo el papel de volantes, pero por encima de ellos destacaba el papel del santiagués Borja Iglesias como máximo goleador del conjunto blanquillo.
Esto es lo que intentará repetir el entrenador vitoriano durante su periplo por tierras gallegas. Y para ello la directiva herculina le dotó de quizá, los más talentosos jugadores en la zona ofensiva como son Carles Gil o Fede Cartabia, así como Quique González para el puesto de referencia.
En este equema sin bandas puras, cobran más importancia si caben los laterales, que deben ser de largo recorrido para lograr buenas llegadas por banda mientras el juego se desarrolla por el interior del terreno de juego. De este modo, las carácterísticas de Saúl, Gerard Valentín o Sebastián Dubarbier, van como anillo al dedo para este esquema que necesita este tipo de laterales para generar sorpresas por banda.
Es un entrenador que no se casa con un estilo ni con un esquema. Logró el ascenso con el Reus Deportiu de Segunda B a Segunda y lo mantuvo en la categoría sin apuros gracias a una gran defensa, logrando ser el equipo menos goleado de la categoría en su debut, toda una proeza para un recién ascendido y que habla muy bien del método del preparador vasco.
Su bien su juego en las tierras catalanas se basaba en una encomiable fortaleza defensiva, en el Real Zaragoza, tras sus malos resultados de la primera vuelta comenzó a jugar de un modo más combinativo dandole más protagonismo a jugadores como el mencionado Eguaras o a canteranos como Pombo o Guti, que pasaron a dar un gran rendimiento.
Hay dos elementos que Natxo prima sobre todo: el uso del balón y el ser un bloque defensivo que encaje el menor número posible de goles. En el Reus consiguió la salvación siendo en su primera temporada, el equipo menos goleado de la categoría y en su segundo año su rendimiento defensivo se resintió pero aún así logró ser ese bloque fiable en defensa.