La Carrera Astur | Pk. 5: Desesperación rojiblanca y golpe en la mesa azul
El Sporting no pasa del empate frente al Numancia en un partido en el las decisiones arbitrales y su falta de acierto cara a portería le sacaron del partido mientras que el Real Oviedo vence con solvencia en el Anxo Carro donde pudo golear
El quinto kilómetro de la categoría de la carrera astur en LaLiga 1|2|3 2018/2019 se termina con Sporting y Oviedo en el pelotón de perseguidores. Perseguidores de un Málaga inalcanzable hasta ahora y que ha comenzado con un fuerza que se verá puesta a prueba a lo largo de la temporada.
El Sporting no pudo pasar del empate en su segundo enfrentamiento en 72 horas frente al Numancia muy marcado por la indigna actuación arbitral. Los de Baraja merecieron más por el número de ocasiones, pero ya dice el refrán que quien perdona lo acaba pagando. Además el juego sigue siendo tosco, atascado y en El Molinón aumentan, y mucho, las voces críticas contra el vallisoletano. Nada que ver a como avanza el Real Oviedo. Los de Anquela vencieron con relativa comodidad en el Anxo Carro. Dieron aún alguna muestra de debilidad defensiva, pero se notó una mejoría considerable respecto a anteriroes jornadas. En ataque lo que el cuadro azul dio una magistral lección de contragolpe y del dominio de los espacios. Solo Juan Carlos y la falta de precisión evitaron la goleada azul en Lugo.
Al Oviedo le gusta salir
- Después de la tormenta llegó la calma. Tras el encuentro y la dolorosa derrota ante el Zaragoza, el Oviedo se reencontró. Y lo hizo de la mejor manera posible. Con fútbol, goles y victoria. El conjunto de Juan Antonio Anquela se levantó después de una semana muy complicada. Incluso el técnico jienense reconocía en la rueda de prensa la necesidad de un triunfo así para que el equipo no estuviese triste. Con este resultado, los asturianos vuelven a demostrar que tienen capacidad para levantarse en cualquier situación.
- Primera portería a cero. Era uno de los temas que más preocupaban en el seno del club asturiano. Todos los equipos lograban perforar la meta carbayona. Hasta ayer. El Oviedo por fin logró dejar su meta a cero. Y lo hizo en un ejercicio defensivo sensacional. Los zagueros se mostraron muy seguros durante todo el encuentro. Por las bandas, Johannesson y Mossa, a los que se vio menos de lo habitual en ataque, cerraron un gran partido en la parte de atrás. Los centrales volvieron a transmitir mucha seguridad en las coberturas y el juego aéreo. Esta es la línea que los de Anquela quieren seguir.
- Cómodos fuera. Podría parecer una mentira, pero ya es una realidad. El Oviedo se gusta lejos del Tartiere. Tres partidos y siete puntos, impensable hace apenas un mes. El miedo que se tenía las pasadas temporadas a salir de la capital de Asturias se ha transformado en la alegría que supone ver al equipo a domicilio. Todavía no ha perdido, y ha logrado anotar siete goles en sus tres compromisos. Ahora solo falta complementar estas buenas sensaciones a domicilio en el Carlos Tartiere.
- Goles con estreno. Fue un día para los nuevos. Los dos goles oviedistas salieron de las botas de dos fichajes. El primero lo hizo Joselu, que cerró un partido sensacional y dejó en la mente de todos su buen entendimiento con Berjón. El delantero necesitaba ese gol. Quería estrenarse lo antes posible. Y lo hizo en ‘casa’, ante esa afición que tantos goles cantó junto a él. El segundo, obra de Javi Muñoz. El centrocampista culminó un contragolpe sensacional para cerrar el encuentro. Un gol que merecía. Un tanto que añade aún más valor a su aportación al equipo.
Apagón y desesperación rojiblanca
- Quien perdona lo acaba pagando: Baraja apostó por un once de digamos ‘jugones’. Cristian Salvador, Nacho Méndez, Carmona, André Sousa y Robin Lod estaban juntos en el once inicial. Sobre el papel un once para dominar el partido a través de la posesión. Eso lo hizo de mano, hasta el gol de Babin. A partir de ahí el Numancia se hizo con un mayor dominio, pero sin inquietar a Mariño. Era el cuadro rojiblanco el que tenía más ocasiones, pero no las materializó. Debió irse con al menos 2-0 al descanso; resolviendo prácticamente el encuentro. Pero acabó yéndose 1-1.
- La pésima actuación de Trujillo Suárez: Y se fue 1-1 gracias a la pésima actuación del tinerfeño Trujillo Suárez. Muy enfadados se fueron los jugadores y la afición con el colegiado. Los primeros no tardaron en exigir respeto del colectivo arbitral en las declaraciones post-partido. Hacía mucho tiempo que un colegiado no enfadaba a El Molinón como hizo hoy el canario. Pero como ocurrió en Riazor, cargar todas las culpas contra el colegiado no es acertado, ya que fue un arbitraje muy malo en ambas direcciones. Concedió un gol en claro fuera de juego al Numancia, pero también dejó sin señalar un claro penalti de Canella sobre el ex-oviedista Yeboah.
- Bloqueo mental y futbolístico: En la segunda parte pronto se vio que la actitud del Numancia era salvaguardar ese punto antes que buscar los tres. Pero el Sporting sufrió un bloqueo mental y futbolístico. Quizá propiciado por las decisiones del colegiado. O por la lentitud de toma de decisiones en el banquillo y en el campo. Con más empuje que fútbol el Sporting acabó encerrando al Numancia y mereciendo nuevamente la victoria. Pero se dejó más de veinticinco valiosos minutos de segundo tiempo que facilitaron la labor de defensa a un conservador cuadro soriano.
- Críticas y algunos pitos en El Molinón: Baraja empieza a caminar por suelo poco firme. La mala imagen mostrada en Riazor hace ocho días y la victoria de Copa, en un partido de más goles que juego, no han aplacado a las huestes críticas con el vallisoletano que cada vez se dejan notar más. El bloqueo y las soluciones buscadas por el técnico hoy no han gustado en general y éste empieza a ser criticado y cuestionado. Incluso en el segundo tiempo se oyeron pitos, leves, al equipo. La crispación y el tosco fútbol que practica el equipo empieza a enfadar a algún sector, pequeño por ahora, del público que molestó ese enfado con pitos mediada la segunda parte. Justo el momento en el que peor estaba el equipo.