El Levante suma su cuarta victoria consecutiva

La décima jornada de la Liga Santander nos ofreció la oportunidad de disfrutar el partido que enfrentaba al Levante contra el Leganés, en el Estadio Ciudad de Valencia. Un encuentro, que cuenta con un factor climático, a tener en cuenta: la lluvia. Bajo la intensa lluvia de otoño, ambos equipos iniciaron el partido con el silbato inicial de Ricardo de Burgos.

En los primeros minutos, los de Paco López tomaron el control del juego desde el comienzo con una once bastante consolidado. A diferencia de su rival -el Leganés- que decidió cambiar sus sistema, arriesgando a su máximo goleador El Zhar, para utilizar la misma formación que su rival para evitar ser controlados. Pero, a pesar de las -arriesgadas- innovaciones los de Pelligrino no fue capaz de aguantar la intensidad imprimida por los jugadores ‘granotas’. El marcador se mantuvo igualado, a diferencia del juego -en favor de los locales-, hasta que en el minuto 13 Roger adelantaría a los locales. La jugada viene en una mala salida de balón del equipo visitantes, producto de la presión imprimida por el conjunto valenciano. Así, en un -torpe- movimiento de Juanfran perdería la posesión de la pelota en propio campo, en plena elaboración de jugada de ataque, Campaña asfixiaría al lateral hasta robarle la posesión. Una vez recuperado el esférico condujo con gran convicción y potencia, hasta llegar al balcón del área y asistir a su compañero.

Tras el gol, poco cambio, el Levante seguía dominando ante alguna tímida llegada del conjunto ‘pepinero’ con un disparo desde larga distancia de Óscar Rodríguez. Únicamente el temporal fue capaz de arrebatar el protagonismo del equipo ‘granota’, una lluvia que pasó a tormenta. Los locales se sentía cómodos con el guión -invariable- del partido, sin ninguna preocupación defensiva, ordenados y con un plan muy bien ejecutado. En el minuto 28 veríamos como la diferencia podría ir en aumento tras una buena combinación de Morales y Jason, quién entró como un puñal desde segunda línea para ganar la espalda de la defensa. Ahí, a la espalda de los centrales iría el balón de Morales para que el jugador de banda -Jaso- rematase sin -fortuna- que el balón tocase el suelo, un remate desviado al lateral de la portería defendida por el ‘Pichu’ Cuellar.

Desde esta ocasión, el partido se neutralizó, sin ocasiones, con mucho juego en el medio y con imprecisiones -que fueron en aumento por el estado del césped. En la equidad encontró las mejores ocasiones para poner de nuevo la igualdad en el marcador. Primero, y con la ocasión más clara para los ‘pepineros’, llegaría un fuerte remate de Jonathan Silva -desde el flanco izquierdo del Leganés- tras un mal rechazo de la defensa local, el golpeo requirió de la -primera- intervención de Oier, que tocó lo suficiente para mandar el balón a la madera y que esta repeliese el disparo. Ninguno de los dos equipos dominaba, el frenesí local se diluyó permitiendo al Leganés, que nunca cedió su planteamiento, aumentar su figura ofensiva. Y si en el minuto 32 veríamos esa clara ocasión del Leganés, volverían los de Pellegrino a gozar de una clara oportunidad para igualar el marcador. En esta ocasión, en el minuto 43, sería Recio quién mandaría el balón al lateral izquierdo de la portería, en una jugada originada por un error defensivo del Levante debido a las difíciles condiciones del terreno de juego.

El primer tiempo finalizaría con un resultado adverso para los visitantes, necesitados de puntos para salir de los puestos de descenso, y sin apenas incidencias. Tan solo la sustitución en el minuto 29 de Cabaco por Chema. Todo abierto en el Ciudad de Valencia, con un factor a tener muy en cuenta: el agua.

Empezado el segundo tiempo, se puede apreciar como el césped acumula cantidades de agua que no llegan a frenar el balón, pero si dificulta acciones a ras de campo. Aún con el gran castigo que somete el agua al terreno de juego, el drenaje del césped evita que el partido se juegue en barro.

La segunda parte inició con dos propuestas diferentes, los locales se agruparon en favor de conservar el resultado tan ventajistas. Paco López propuso mantener el orden defensivo y salir de forma vertiginosa con la velocidad de Morales, y las posibles segundas jugadas que surjan de las batallas del capitán ‘granota’ con la defensa ‘pepinera. Un plan favorable, pues, el Leganés tendría que dar un paso al frente para poder alcanzar el empate, dejando así espacios libres aprovechables. En su contra, Pellegrino adelantó líneas y decidió llevar el peso ofensivo de lo que queda de partido, sin muchas ocasiones de peligro. En este arriesgado ideal de los visitantes cedió campo -poco- aprovechado por sus rivales. En el minuto 58, se produjo una de las jugadas más polémicas del partido que acabaría con un lanzamiento -centrado- de Jason que consiguió solventar el ‘Pichu’. La polémica surge cuando Rochina es derribado por el central nigeriano, Omeruo, tras interceptar, dejando el balón muerto dentro del área, el pase de Roger en dirección del jugador derribado.

El monólogo del partido era el mismo, el Leganés proponía mientras el Levante esperaba en campo propio -agazapados- para salir rápido. Mientras el cronómetro avanzaba la superioridad ofensiva -visitante- se hacía evidente. Pellegrino optó por arriesgar y mover el banquillo en favor de jugadores ofensivos. Por lo tanto, ingresó desde el minuto 61 -que realizó el primer cambio- a En-Nesyri, Diego Rolán y El-Zhar, en ellos depositó el juego ofensivo ‘pepinero’ el técnico argentino. Los cambios dieron resultados inmediatos, así, en la primera jugada entre el extremo, Diego Rolán, y el delantero, En-Nesyri, acabaría con el golpeó del último al larguero, tras la asistencia del primero. Minutos después, en el 78, nuevamente En-Nesyri volvería a protagonizar una nueva ocasión que finalizó -decidiendo mal- con un duro disparo al lateral de la portería. Posiblemente, en el único momento en el que el conjunto dirigido por Paco López erró -gravemente- en la transición ataque-defensa. Tan solo un minuto después, En-Nesyri enviaría -nuevamente- el balón al larguero tras un potente cabezazo, el balón repelido por la madera acabaría -gracias a los reflejos del jugador- en la cabeza de Siovas que no puede darle la dirección correcta.

Se le negaba el gol al equipo visitantes, y no sería por perseverancia ni ocasiones. Y cuándo perdonas mucho, en este -maravilloso- deporte, pasas a perder cualquier opción de puntuar. En el último minuto de juego, Morales condujo por el costado izquierdo llegando hasta línea de fondo. Levantó la cabeza y vio la llegada desde segunda línea de Rochina, y hacia este fue el balón. Una vez la pelota consigue estar en poder del centrocampista español, la atmósfera del Ciudad de Valencia cambió. El tiempo se paralizó -para él-, pisó área para verse en la conjetura de un mano a mano. Ahí, al español no le tembló el pulso, cabeza alta con decisión y clase puso el balón en el fondo de las mallas. Y ahí se certificaba la cuarta victoria consecutiva del equipo de Paco López.

Un mal comienzo del Leganés permitió al Levante verse en la mejor de las situaciones posibles, ponerse por delante -pronto- en casa. Un hecho que a un equipo como el ‘granota’ sabe gestionar a la perfección, con pocas ocasiones es capaz de hacer mucho daño, y lo mejor, traducirlo en goles. Los visitantes tuvieron que remar contra corriente desde el principio, aguantando las tronadas -puntuales- de la tormenta ‘granota’. A veces la cantidad de ocasión con las que un equipo cuenta no es suficiente para ganar, y menos a los de Paco López.