El Villarreal fracasa en su aventura austriaca
El conjunto "groguet" mostró una mala imagen muy alejada del 5-0 de la ida
El empate sin goles se vivió con sabor agridulce por parte del Villarreal porque, aunque a priori se esperaba una victoria más en esta Europa League, el partido fue muy duro en Austria e incluso el Rapid de Viena fue el que más cerca vio la victoria. Además, tras la victoria del Spartak de Moscú, el Villarreal se coloca como líder de su grupo con 6 puntos.
El Villarreal viajaba a Austria con mucha confianza después del 5-0 cosechado en el Estadio de la Cerámica ante el mismo conjunto al que se enfrenta hoy. Sin embargo, los partidos jugados en tierras austriacas nunca son fáciles y cualquier visitante se encuentra con un ambiente muy hostil.
El conjunto groguet jugaba los primeros compases del encuentro con un gran dominio que más tarde se tradujo en una gran proyección ofensiva. Estos se escudaban en la gran profundidad que estaba aportando Pedraza al partido y buscaban a Sansone, su faro en ataque.
El Villarreal trataba de jugar muy arriba con una presión muy alta para no dejar tocar al Rapid de Viena y así evitar que se sintiesen cómodos. Sin embargo, los locales trataban de llegar al área amarilla y crear peligro, aunque con disparos muy tímidos y sencillos para Andrés Fernández.
La ocasión más clara de la primera mitad llegó en las botas de Sansone en el minuto 20. El delantero del submarino amarillo se quedó solo en un mano a mano, pero no supo definir ante un Strebinger que se hizo enorme ante el delantero italiano. El portero del conjunto austriaco, poco a poco se fue convirtiendo en el hombre de la primera parte con increíbles estiradas y mostrando unos reflejos de gato.
La primera parte tuvo un gran dominio por parte de los chicos de Javier Calleja que estuvieron muy cómodos durante los 30 primeros minutos del encuentro, aunque si que faltó mucho acierto arriba. Sin embargo, el Rapid de Viena despertó en los últimos minutos obligando a Andrés Fernández a emplearse más de lo esperado.
Todas las piezas del puzle encajado en la primera parte se empezaron a esparcir completamente al comienzo de los 45 segundos minutos. El partido se puso muy feo con muchas imprecisiones y multitud de pases errados, en definitiva, muy poco fútbol por parte de ambos conjuntos.
Es más, las ocasiones más claras del partido salían de las botas de los jugadores del conjunto austriaco. Estaba creando muchísimo peligro Pavlovic, el delantero serbio, sobre todo con un disparo que se marchó rozando el palo, y otra ocasión en la que se adelantó a Víctor Ruiz y casi acaba anotando.
El Villarreal estaba haciendo mal todo, Cáseres y Cazorla no lograban tener el control del medio campo, la defensa imponía muy poco e incluso las basculaciones estaban siendo desastrosas. Y todo esto, provocando que el submarino amarillo se encerrase y el Rapid de Viena creyese que se podía llevar el gato al agua.
Los últimos minutos del partido tuvieron una enorme presencia del conjunto amarillo en área rival con peligrosas y numerosas ocasiones. Es más, la defensa austriaca salvó en la línea de gol un remate casi a bocajarro del Villarreal en el ultimísimo minuto de partido.