Reparto de puntos en el José Zorrilla

El Valladolid y el Eibar iniciaban la jornada vespertina del sábado en el José Zorrilla. Ambos conjuntos han comenzado la temporada con mejores resultados de los esperados a estas alturas de la temporada. Los pucelanos, recién ascendidos de la Liga 1/2/3, llegaban a esta jornada como una de las revelaciones de lo que va de temporada, en la tabla décimos con 16 puntos y una solidez defensiva que le ha permitido recibir solo nueve goles en 12 jornadas. Por su parte, los vascos llegaban tres posiciones abajo con dos puntos menos que los locales y poniendo en aprietos a todos sus contrincantes hasta ahora con grandes planteamientos desde el banco.

Primera parte sin mucha historia en cuanto a lo referente a los goles u ocasiones. Ambos conjuntos salieron a tratar de dominar el encuentro, aunque el Eibar, gracias a una presión muy adelantada, fue el que más peligro logró crear, el mejor de los vascos y el que más incidió sobre la defensa local fue el chileno Fabián Orellana que con sus internadas partiendo desde la banda derecha machacaba a los zagueros pucelanos. La primera media hora fue más fluida en cuanto al juego, se sucedían las intentonas en ambas partes del campo aunque sin llegar nunca a crear peligro extremo, pero a partir del minuto 30, posiblemente por el cansancio y la muy abundante lluvia sobre el José Zorrilla, el partido decayó en intensidad y se volvió más bronco. Así, con el 0-0 se llegó al descanso.

La segunda mitad comenzaba fuerte, los de Mendilibar salieron más enchufados y las ocasiones no tardaron en llegar. La primera gran ocasión para los vascos llegaba por la derecha, Diop se marchaba de su par dentro del área y mandaba un balón al punto de penalti donde Cucurella recibía un inmejorable balón que se marchaba por encima de la meta defendida por Masip.

Todo estaba muy igualado en el partido, aunque el Eibar llevaba la manija en cuanto al juego, pero en el 72 todo cambió. Arbilla tocaba con la mano una pelota cerquita de su área y veía la segunda amarilla por lo que le tocaba salir del campo y dejar a su equipo con 10. Esto fue un punto de inflexión que hizo que la grada pucelana, que estaba algo decaída, subiera la intensidad creyendo ciegamente que las posibilidades de victoria local se habían multiplicado por la superioridad numérica sobre el campo.

La posesión cambió de manos, el Valladolid tomaba el mando del encuentro aunque el Eibar creaba peligro cuando lograba robar y salir a la contra. Los últimos 10 minutos fueron de infarto, un correcalles total, las ocasiones se sucedían, pero finalmente ninguno consiguió abrir el marcador, por lo que todo quedó como comenzó, con reparto de puntos y el 0-0 en el luminoso.

Los locales se colocan séptimos en la clasificación a expensas de lo que han sus rivales directos en los próximos encuentros, mientras que los vascos superan al Celta, que aún tiene que jugar, y se coloca décimosegundo.