Messi arrolla al Levante
El genio argentino volvió a destacar por encima de su equipo con otra exhibición que dilapidó al Levante. Messi anotó 3 goles y dio 2 asistencias en una manita que le refuerza en el liderato. El equipo granota acabó resignado y con 10 jugadores con la expulsión de Cabaco en el 75'.
Simplemente Messi. En esas cinco mágicas letras para la hinchada culé se puede resumir el insulso encuentro que realizó su equipo en el Ciutat de Valencia. Ese estadio en el que el pletórico Barça de Liga de la temporada pasada se dejó su récord de imbatibilidad en el partido 43 cuando cayó por 5-4 en la penúltima jornada. Aquel era un choque intrascendente que pasó a la historia del Levante y el de hoy fue un duelo vital que nadie recordará. El equipo de Paco López tenía la posibilidad de colocarse quinto y el Barça salió al césped forzado a vencer tras los triunfos de Sevilla y Atlético.
Los planes de Valverde se torcieron antes del comienzo con la salida de la convocatoria de Semedo por unas pequeñas molestias. De esta forma, el ‘txingurri’ se quedó sin ningún lateral derecho y se vio obligado a experimentar con una alineación inédita y sorprendente. Formó con tres centrales y colocó en el carril derecho al veloz Dembélé que naufragó en las labores defensivas. El extremo francés que venía haciendo destacadas actuaciones en su posición fue relegado y superado constantemente por Morales que se introducía como un puñal por la zaga azulgrana. El otro problema al que tuvo que enfrentarse la defensa del Barça fue Boateng, elegido por delante de Roger y protagonista de la ocasión más clara del Levante en la primera parte.
Los primeros compases fluyeron a un ritmo lento y pesado. El Barça no se acomodaba en el terreno de juego y el Levante apretaba para atacar las carencias barcelonistas. Bardhi, Rochina y Campaña dominaban el espacio influyente del juego mientras sus rivales homólogos se perdían en las transiciones. Rakitic no encontraba ningún hueco para progresar, Vidal no intervenía apenas y Busquets se dedicaba a cerrar las coberturas que le exigían sus compañeros. El Barça andaba perdido mientras se buscaba así mismo y el Levante crecía con el paso de los minutos. La iniciativa local desembocó en la ocasión más clara hasta ese momento en el minuto 32 cuando Boateng enchufó un disparo que rechazó el larguero. Era el primer aviso serio del conjunto granota para un Barça desubicado incapaz de conectar asociaciones con cierto criterio.
Fue en ese momento cuando el líder volvió a beneficiarse de su oasis recurrente llamado Messi. En una acción accidental y sin aparente peligro el 10 del Barça se inventó una asistencia a su espalda que dejó a Suárez solo ante Oier para fusilar la escuadra y colocar el 0-1. Tan inesperado por como iba el encuentro como usual por las incontables ocasiones en las que Messi ha aparecido cuando su equipo naufragaba.
El gol no dinamizó a los visitantes que seguían sin encontrar su sitio en el partido pero si desanimó las embestidas del Levante. Los defensas granotas todavía se resignaban cuando llegó el segundo zarpazo de Leo, el inmisericorde, Messi. Busquets recuperó una mala entrega en la zaga local y se la puso al espacio al argentino que remató con la derecha a la red. Así acabó la primera mitad con un resultado injusto a tenor de los méritos de ambos equipos. Pero Messi no entiende de méritos.
Si el colchón que forjó Messi al descanso era excesivo al reanudarse el choque se convirtió en abusivo. Al primer minuto el astro argentino enganchó un zurdazo desde la frontal que besó de nuevo la red y sentenció inexplicablemente el partido. Paco López se retorcía en el banquillo intentando encontrar respuesta al buen planteamiento de su equipo y miraba con asombro el marcador. La respuesta la dio Morales al término del choque: «la diferencia es que ellos tienen al mejor jugador del mundo». No hay más. El juego del conjunto azulgrana fue muy pobre una vez más y su estrella volvió a esconder sus reiterativas carencias.
Con el 0-3 y la entrada de Arthur en el choque el Barça pasó a controlar el balón con la sensación de haberse encontrado en un marco inesperado con el que ningún aficionado contaba media hora antes. Los jugadores del Levante seguían intentando acceder a la meta de Ter Stegen pero ya se desplazaban con un espíritu impotente impuesto por el abrupto resultado. Y eso que al cuadro de Messi aun le faltaban dos pinceladas más para finiquitar su obra. En el minuto 60 una gran triangulación originada por Suárez en la banda acabó en los pies del rosarino para empujar la pelota con la colaboración del siempre laborioso Vidal. Hat-trick, pichichi y nueva exhibición. Messi hace que el fútbol sea muy injusto.
Con el peso del marcador tuvo que lidiar el Levante hasta la conclusión del partido y para la faena que faltaba Paco López reforzó el medio con Coke y Prcic para disminuir las espacios que dejaba la zaga granota a sus espaldas y empequeñecer el desequilibrio que produjo Messi. La frustración que brotó en los jugadores locales se sacudió con una entrada impropia de Cabaco sobre Dembélé que le costó la roja directa de González González. Dos disparos aislados de Bardhi y Prcic propiciaron la estirada del portero alemán antes del definitivo 0-5 que le endosó Piqué después de recortar a Oier en el área.
Se cerró el círculo que dibujó el Levante la temporada pasada con el 5-4 con otra goleada que afianza al Barça en el liderato de la Liga. De manita a manita con otra lección de Leo Messi en un Ciutat de Valencia que disfrutó de su arte.