ANÁLISIS | Un 2018 con luces y sombras
El Real Oviedo cierra el año en uno de sus peores momentos tras el regreso a Segunda División. Los azules han alternado buenos y malos momentos a lo largo de estos últimos doce meses
El 2018 llega a su fin en uno de los momentos deportivos más delicados para el Real Oviedo. Los azules no esperaban estar a estas alturas tan lejos de los puestos nobles de la tabla. Son duodécimos, ocho puntos por debajo del playoff de ascenso a Primera División. Una posición que ha provocado que Juan Antonio Anquela esté en el centro de todas las críticas. Sin embargo, en el lado opuesto, encontramos el fantástico momento institucional. El club ha confirmado que al acabar el presente ejercicio la deuda será 0. Una noticia fantástica que acaba de una vez por todas con la deuda que el club mantenía con las administraciones públicas.
A las puertas del playoff
El año deportivo del Real Oviedo arrancó como había terminado 2017. Es decir, sumando. Los azules arrancaron 2018 puntuando en Huesca y Vallecas, dos campos que a la postre celebraron el ascenso a Primera División. El buen momento se prolongó hasta el derbi, donde los azules volvían a ganar, en el Tartiere, al eterno rival. Todo parecía ir con el rumbo adecuado, pero una polémica derrota en Cadiz, sobre todo a raíz de la inexplicable expulsión de Rocha, truncó el buen momento.
A partir de entonces, el Oviedo fue alternando altibajos. Se volvía a una tónica familiar. La de ganar en casa y no hacerlo fuera. Pese a ello, el colchón que los azules poseían les sirvió para llegar con opciones hasta el final. En la penúltima jornada, el cuadro de Juan Antonio Anquela cayó en León. Una derrota que dejaba un panorama muy complicado. Tenía que producirse un milagro para jugar el playoff, pero esto es fútbol. Cualquier cosa podía pasar.
Fue una noche de transistores en el Tartiere. El Oviedo necesitaba una combinación
de resultados que se antojaba muy complicada. Eso sí, se llegó a la recta final con más opciones que nunca. Un gol de la Cultural al Numancia metía a los azules en el playoff, pero este no acabó de llegar, por lo que los oviedistas decían, entre aplausos, adiós a la temporada. Ese encuentro, ante el Huesca, también fue la despedida de Linares de la afición asturiana.
Tras el varapalo llegó el verano. Tocaba armar un equipo para pelear por la zona alta, y la primera gran noticia llegó en forma de renovación. Anquela se quedaba como técnico azul, y a él le siguieron fichajes como Tejera, Javi Muñoz, Alanís o Joselu. El equipo se había armado bien y dejó muy buenas sensaciones durante la pretemporada. Primera parada, el Exremadura en el Tartiere.
Luces y sombras
El Oviedo arrancó la temporada con un inesperado empate. A él le sucedieron un triunfo y otras tablas fuera de casa de forma consecutiva y una dolorosa derrota ante el Zaragoza en casa. Tocaba hacer balance. Bien fuera pero flojos en casa. Una situación que se reforzó las dos semanas siguientes. Victoria en Lugo y nuevo empate en el Tartiere. Una situación inexplicable que tenía su origen, sobre todo, en las acciones a balón parado. Los puntos que el Oviedo se dejaba venían justificados por encajar en acciones de ese tipo.
Tras el encuentro ante el Elche, el Oviedo caía fuera por primera vez, en Alcorcón, y a la postre lograba su primer triunfo en casa, frente al Albacete. Tras el encuentro, arrancaba una de las semanas más emocionantes para la parroquia azul: la visita al Wanda. Millares de oviedistas poblaron las gradas del Metropolitano en un encuentro donde los de Juan Antonio Anquela caían por 1-0 en el último suspiro. La derrota provocó el enfado de muchos seguidores, que volvieron a sonreír una semana después cuando Berjón, también en el último instante, daba el triunfo ante Osasuna en el Tartiere.
La victoria ante los navarros vino seguida de tres encuentros sin ganar. El último, ante el Depor, el más doloroso. Un 4-0 antes del derbi no era buena señal. Pero eso daba igual, ante esa clase de partidos poco importan las sensaciones. El Oviedo volvió a vencer al Sporting en el Tartiere. Los ánimos volvían a estar por las nubes, no era para menos. Tras el derbi, los azules volverían a vencer, esta vez al Reus, y lograban sacar un empate en el campo de Las Palmas.
El buen momento azul se vio truncado cuando el Almería ganó en el Tartiere. Y la crisis se agravó con la derrota en Granada y el empate ante el Málaga. Una situación que deja a los azules muy lejos del playoff. Por eso, de cara al 2019, el equipo asturiano busca dar un giro radical a la situación y comenzar su escalada en la tabla.
Los protagonistas del 2018 oviedista
- Saúl Berjón. El mejor, de eso no ha ninguna duda. Volvió a demostrar que está un peldaño por encima del resto, venga quien venga. Fue el máximo asistente la pasada campaña. El equipo muestra que cuando no está se resiente. Por ello, de cara al 2019, la afición volverá a pedir el regreso de Saúl, porque en sus botas está el camino hacia la victoria.
- Carlos Hernández. Más en lo ofensivo que en lo defensivo. El central ya es uno de los líderes del equipo. Aunque sea atrás donde debe destacar, que también lo hace, su aportación a balón parado fue clave para que el Oviedo pudiese pelear por el playoff la pasada campaña. De cara al 2019, el central quiere volver a su mejor nivel.
- Folch. Puede gustar más o menos, pero es innegable que para Juan Antonio Anquela no hay otro como él. Siempre que está disponible juega. Todos los minutos. Un todoterreno en el centro del campo. Corta, juega, da equilibrio y es la prolongación del jienense sobre el verde. Es verdad que no atraviesa su mejor momento, al igual que también es cierto que cuando no juega, el equipo lo paga.
- Linares. Su despedida dejó a las claras que es uno de los grandes ídolos entre la afición del Real Oviedo. Su entrega, carisma y liderazgo enamoraron a toda la parroquia azul. Y sus goles mantuvieron la esperanza hasta el último segundo. El aragonés firmó una recta final de campaña espectacular. Una pena que el playoff se marchase.
- Alfonso Herrero. Aunque en las últimas semanas haya perdido su posición como titular, es otro de las grandes protagonistas de este 2018. Capaz de llegar a sitios donde otros solo miran, ha salvado a su equipo en multitud de ocasiones. Esta temporada, aunque empezó como titular, ha visto como Champagne le ha ganado terreno en las últimas semanas. Pese a ello, el meta seguirá luchando para volver a levantar a la grada con intervenciones sobresalientes.
Imagen destacada: realoviedo.es