2018: la transición celeste

2018; de Unzué a Cardoso

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2018 pueden catalogarse como los primeros 365 días de la travesía celeste, entre el Celta de Eduardo Berizzo, que firmó su inesperado epitafio en mayo de 2017 y quién sabe si de otra gloriosa etapa de manos del portugués Miguel Cardoso, quién tomó las riendas del buque céltico el pasado mes de noviembre.

Aspas, emblema celeste (www.as.com)

Dicho año comenzó y finalizó ante idéntico rival, el actual campeón de Liga, quién lleva 4 Copas del Rey consecutivas o quién se postula como el gran favorito a levantar la Champions League el 1 de junio en el Wanda Metropolitano. Hablamos, claro está, del todopoderoso Barcelona. Quién se permitió el lujo de prescindir de Leo Messi y Luís Suárez en la ida de los octavos de final de la pasada edición del torneo del KO, para luego endosar en el Camp Nou una manita al Celta de Unzué, que pecó en demasía de endeblez defensiva ante la maquinaria culé, además de ofrecer pínguas garantías de éxito de cara a puerta.

Fue un comienzo de año duro, ya que entremedias visitaba Balaídos el campeón de Europa, quién remontó la delicatessen inicial del danés Wass con un doblete del siempre discutido en la capital, Gareth Bale, con un tanto final de Maxi Gómez, en una noche frívola y torpe del lateral madridista Marcelo, quién «concedió» los 2 goles locales. A punto estuvo el Celta de llevarse la victoria, si no es por el primer lanzamiento de penalty que falló Aspas en la máxima categoría -el cuál tuvo que ser repetido por adelantarse Keylor Navas de la línea de gol-.

El mes de enero se completó con la victoria en Orriols, que supuso la mejor primera vuelta de los del Lagares desde su retorno al olimpo balompédico nacional (25 puntos); enlazando la mejor racha de la temporada con las posteriores victorias por la mínima ante Real Sociedad (1-2) y Betis (3-2).

En Mendizorrotza llegaría el debut del carrilero eslovaco Robert Mazan, un partido atragantado con el tempranero 2-0, maquillado con la genialidad de Iago Aspas en sus estertores. A raíz de ahí, mala racha, con el empate en casa ante el Espanyol (2-2) y la derrota en el Coliseum por un contundente 3-0. La victoria regresaría ante el Eibar, de nuevo de forma cómoda ante los armeros (2-0) y sin recibir tantos. Todo para cerrar febrero con una derrota por la mínima en Montilivi.

Volea del Tucu en el 2-1 (www.livefutbol.com)

Marzo se abriría en Balaídos con una sufrida victoria ante la desahuciada Las Palmas (remontada incluida) con un tanto del Tucu Hernández en los minutos finales -imagen superior-. En la primera visita al Wanda Metropolitano, se pagarían las ocasiones perdonadas ante un «grande» para ceder por 3-0 en la que suponía la cuarta derrota consecutiva a domicilio de los pupilos de Juan Carlos Unzué. A continuación, bochornoso empate sin goles ante el colista Málaga, a quién no se le ganó en la 2016-2017, con un atípico fallo garrafal de Iago Aspas a puerta vacía. Punto balsámico en San Mamés en el primer gol de Brais Méndez -el gran legado de Unzué- con la zamarra olívica, en un partido que se antojaba perdido y que pudo ser ganado si el derechazo lejano de Hugo Mallo no se topa con el palo de la meta de Kepa Arrizabalaga.

El segundo trimestre del año

Ausencia de Maxi Gómez ante el Sevilla, «aprovechada» por el mago de Moaña con un nuevo hattrick (al igual que en Gran Canaria en octubre de 2017). Vuelta a la derrota lejos de Balaídos en Butarque en otro flojo encuentro y empate ante el Barcelona (de nuevo 2-2) en la jornada intersemanal de abril, que si el esporádico Lucas Boyé llega a aprovechar una gran ocasión en los minutos finales, sería el honor para los celestes de derrotar a los culés por primera vez en la Liga -lo conseguido sólo por el Levante y en la fecha 37- y con la mala noticia de la lesión muscular de Iago Aspas en el receso. Otro empate esa misma semana ante el Valencia, obra de Santi Mina, que se llevó una sonora pitada por parte del respetable vigués, a pesar de no celebrar el tanto. El cuarto mes del año, finalizaba en La Cerámica con un repaso del submarino amarillo por 4-1, con las famosas «críticas» de Aspas vía twitter, respecto a la poca sangre de sus compañeros para reclamos arbitrales.

Entrábamos en mayo -sin opciones matemáticas de retornar a la Europa League-, pero con el aliciente de «enterrar» al Deportivo en Balaídos, con su descenso consumado en la jornada precedente, coetáneo al alirón del Barcelona en Riazor. 1-1 y con Lucas Pérez mandando un desafortunado recado a la grada en el tanto herculino. Poca historia en el set en blanco del Bernabeu, donde el Celta fue un juguete a manos del Madrid, el día que Aspas volvía de su lesión, tras 3 partidos ausentes con los suyos. Despedida de Unzué en Balaídos, con dobletes de Maxi y Aspas -quién se apoderaba de su segundo Zarra consecutivo-.

Verano de movimientos

Llegaba el período estival y variaba la plantilla con las bajas de Jonny al Wolverhampton, Sergi Gómez al Sevilla, Wass al Valencia, Fontás hacía las Américas y tocó llorar la marcha voluntaria del Tucu. Por contra, regresaba David Costas de su cesión condal, el internacional mexicano Néstor Araújo y Juncá a reforzar la zaga, la perla arrebatada a Martín Presa –Fran Beltrán-, el prodigio turco enfilaba hacia Vigo (Okay Yokuslu) y el explosivo centrocampista Soso Boufal, se unían al proyecto de Antonio Mohamed.

Antonio Mohamed (vía Marca)

El turco, como así era apodado el nuevo entrenador celeste, traía un discurso demasiado arriesgado, con alocuciones como «campeonar». Pese a no obtener buenos resultados en los encuentros preparatorios, tuvo un primer tramo de temporada brutal, con 7 puntos de 9 posibles, con la guinda del 2-0 al Atlético en el tercer encuentro, lo que le catapultó aún más diciendo que «esperaba haber obtenido los 9 puntos en juego».

A partir de ahí, comenzó su declive, con la derrota en Montilivi (3-2), donde volvieron a aparecer los viejos fantasmas defensivos en 2 tantos similares de cabeza de los gerundenses, con descalabro defensivo. El aficionado celeste se las prometía felices en la jornada 5, cuando a los 8 minutos los suyos ya iban 2-0, pero el equipo se echó atrás incomprensiblemente y recibió 3 tantos de un Valladolid que aún no había estrenado su casillero goleador en la competición doméstica. Empate en Mestalla en un pobre encuentro con Aspas al rescate. Brutal pitada ante el Getafe, tras empatar 1-1 en un partido, donde Mohamed renunció al ataque con un 1-0 a favor. La segunda derrota del curso llegaría en el Sánchez Pizjuán, 2-1, condicionada con la inocente expulsión de Néstor Araújo.

Mohamed, pudo ser cesado en el parón de octubre, pero tuvo cancha, y adicionalmente tras la derrota ante el Alavés 0-1 a la vuelta de la liga. El hattrick de Aspas ante el Eibar (4-0) dio vida provisional a Antonio y la remontada en el Benito Villamarín quizá también (3-3), ya que en dicha semana se había hecho un buen encuentro con los suplentes ante la Real en la ida de los 1/16 coperos; pero tras la derrota 2-4 ante el Real Madrid, en un buen partido de los celestes, el período del Turco en Vigo llegó a su fin. Luego, vinieron las declaraciones despechadas del ex-técnico celeste desde su Argentina natal.

La era Cardoso

Debut en Anoeta del mencionado inicialmente Miguel Cardoso. Su impronta, recordó a la de Unzué en su pretemporada, sacar el balón jugado desde portería. Quizá muy pronto para ello, porque tras varios avisos, una pérdida de Jozabed significó el gol de la Real Sociedad. Arriesgada esa apuesta, de cambiar de golpe el patadón anterior al toque, ya que comenzó su periplo con derrota. Debut en casa ante el Huesca con doblete de Aspas -viral aquella rotura a Akapo en el 2-0-. Tocaba ganar en San Sebastián para pasar de ronda, pero un once sin delanteros, fue una entrega prematura de la eliminatoria, ya que dos escuadrazos de los txuri-urdines en los primeros compases, sentenciaron la eliminatoria, corroborado en rueda de prensa por el propio portugués, argumentando «que el equipo no estaba preparado para dos partidos semanales».

Partidazo en La Cerámica, donde un error infantil de Rubén Blanco resucitó al Villarreal, pudiendo restablecer el 0-3 de los primeros 80 minutos, si no es porque el poste repelió un empuje de Gerard Moreno con 2-3. Ante el Leganés en Balaídos, vimos la posesión más alta de los celestes en el último decenio con un 80% ante el fútbol rácano de los de Pelegrino. Al silbato, el vetado por el club gallego, Munuera Montero, que no quiso conceder un penalty de Cuéllar sobre Boufal. Y despidiendo este 2018, derrota en el Camp Nou 2-0, con un a dupla de «asistencias» de Jordi Alba. Lo peor, la lesión de Aspas, que lo apartará de los terrenos de juego hasta previsiblemente febrero.

¿Qué nos deparará este 2019? Será clave aprovechar este enero más descansado que los demás equipos, para no estar en tierra de nadie durante el último mes de competición y tener opciones a entrar de nuevo en el elenco de equipos que jugarán las segunda competición continental.

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