El 2018 del Coruxo, un año duro con final feliz
El 2018 podía haber sido el año de la despedida del Coruxo del bronce, sin embargo, ha sido un año de salvación con final dulce
El 2018 del Coruxo ha pasado del sufrimiento por unos resultados que no llegaban, pasando por la agónica permanencia ante el Mérida, y llegando al último día del año con la tranaquilidad del trabajo bien hecho, noveno en la tabla con 25 puntos pero conscientes de que aún queda el trabajo más duro. Un año en el que el ‘Somos lo que luchamos. Superación, trabajo y sacrificio’ se ha cumplido con todas las letras.
Final de temporada sufrido y ajustado
La primera vuelta y el 2017 acababan con el Coruxo empatando con el Sanse y sumando un punto que dejaba su renta con el descenso en tres puntos. Un fin de año que aguraba que el camino a la permanencia no iba a ser fácil. El 2018 arrancaba con un derbi, un duelo directo por la salvación ante el Racing en O Vao que se saldó con empate a 3. La segunda vuelta no consiguió revertir la situación y se encaraba la última jornada con todo por decidir.
Las últimas dos derrotas del Coruxo en la penúltima y ante penúltima jornada le acarcaban a pasos agigantados a Tercera. En la última jornada se jugabann el todo por el todo con escasas opciones y ante un rival como el Sanse que aún peleaba por un puesto en Copa y que tendría a favor el factor campo.
En ese momento, el conjunto gallego estaba en zona de descenso con 40 puntos. En su contra estaba lo mencionado anteriormente, que tenía el golaverage perdido con los equipos que estaban encima en la tabla, Toledo y Pontevedra. Por lo que su única opción de salvación directa pasaba por ganar y que los granates no puntuasen y los castellano-manchegos no ganasenn. En caso de empate, no podría llegar a la salvación directa pero si al Playout si el Toledo no puntuaba. En caso de derrota descendería a Tercera.
Finalmente, el Coruxo hizo los deberen en Matapiñonera y se impuso con un contundente 2-4 que lo dejaba en Playout. Un último match ball para seguir siendo de bronce.
Playout agónico
El sorteo de Playout emparejó a los gallegos con un equipo potente como el Mérida. Una eliminatoria que fue muy sufrida y ajustada y que, por suerte, acabó con euforia final. En tierras extremeñas el resultado fue de empate a 2. Un buen resultado para los gallegos que marcaron dos tantos a domicilio. El partido en O Vao, y en este momento del relato me van a permitir una licencia, fue puro sufrimientos. La licencia que les comentaba es que quiero contarles cómo se vivió ese partido en la cabina de prensa. Una cabina de prensa con la mitad de redactores gallegos y la otra mitad extremeños. El resultado de la ida dejaba la eliminatoria abierta con una pequeña ventaja para los locales. La tensión y nerviosismo que vivimos aquel día no nos permitió ser del todo profesionales y es que las emociones salían a borbotones en gestos espontáneos de sufrimiento, alivio, desesperación….
El ambiente en la grada era similar con un gran número de aficionados venidos desde Mérida para vivir un duelo que podía suponer la gloria o el hundimiento. Cada ocasión fallada o salvada, según se mire, hacía que las pulsaciones subiesen. Aún se me pone la carne de gallina al recordar ese día y ver el nerviosismo y la emoción de jugadores, afición y prensa por lo que allí estaba en juego.
Tras unos minutos finales de infarto. Se llegaba al pitido final con el 0-0 en el marcador que daba la permanencia al Coruxo. Recuerdo abrazarme a mi copañero de la Radio Galega y cruzar miradas cómplices con otros compañeros siempre guardando el mayor de los respetos por los compañeros extremeños a los que se les caían las lágrimas. Salir de la zona de prensa y ver a la afición del Mérida llorando e increpando a la directiva por un lado, y bajar al terreno de juego y felicitar a unos y consolar a otros me hizo querer un poco más a esta categoría que se vive con la mayor de las intensidades y es puro sentimiento.
Acaba mi licencia y volviendo a lo puramente deportivo, como decíamos el empate a cero permitía al Coruxo poner un final feliz a una mala temporada en la que faltó gol y suerte pero no trabajo, corazón y esfuerzo.
Cómo lo recuerda…
Borja Yebra: Si te soy sincero, estaba bastante tranquilo para lo mucho que nos jugábamos a una sola carta, a 90 minutos, pero en estos partidos la gente está más mentalizada y es más sencillo salir enchufados. Lo importante era minimizar errores, y ese día lo conseguimos. Una sensación de alivio, porque nos habíamos metido en una situación complicada, salvando un macht ball frente al Sanse, y también de trabajo bien hecho, principalmente por toda esa gente que trabaja por y para el club y que ponen todo el esfuerzo (personal y material), y por todos los que componíamos el equipo (familias incluidas) del año pasado, que nos lo merecíamos.
Pitu: Con muchos nervios. Vivirlo desde el banquillo te hace sufrir mucho más que desde dentro del campo.
Juampa Barros: Fue uno de los dias que peor lo pase en un partido, a veces se sufre mas desde fuera que en el propio campo. Pero al final esa angustia acabó en una fiesta.
Pablo Crespo: Para mi sobretodo fue de optimismo porque confiaba en que el equipo lo iba a lograr. Luego ya en el banquillo lo pase con bastantes nervios que se esfumaron una vez salté al campo. Y al acabar el encuentro una sensación de alivio brutal.
Rafa Mella: Al Principio tenias esos nervios de lo que te venía por delante. Dos partidos que te jugabas todo un año en ellos. Recuerdo que nos lo tomamos muy enserio, como una final, y conseguimos el objetivo
Fer Beltrán: Los dias previos al partido recuerdo nervios y inquietud por querer jugar ya y acabar celebrandolo con la afición. Una vez ya en el partido, lo viví con mucha tensión y con ganas de escuchar el pitido final para tirarme al césped.
Silva: Al principio afloran los nervios como es normal, pero a los pocos minutos de empezar ya solo piensas en hacer lo que te ha pedido el míster y darlo todo para sacarlo adelante. Al final del partido sueltas toda la adrenalina acumulada esa semana, fue una liberación para todos.
Antón de Vicente: Uno de los partidos de más tensión de mi vida, sino el que más. Para mantenerme un poco al margen de los nervios me lo tomé como si fuese un partido por ascender, para que no afectase tanto. Aún así, nada más llegar al campo y ver a la gente del club, se notaba que nos jugábamos el partido más importante de la historia del Coruxo junto al del ascenso
Verano de ajustes
Llegó el verano y tocaba hacer borrón y cuenta nueva. Jacobo Montes seguía al frente de un Coruxo en el que no continuaron nombres como Higón, Campillo, Adirán Pazó, Nacho Fariña, Pibe, Rafa Mella o
Un inicio de curso esperanzador
18 jornadas disputadas de la temporada 2018/19 y el Coruxo ha conseguido vivir un comienzo de curso tranquilo acabando el año entre los diez primeros y ofreciendo buenas sensaciones. La unión de la plantilla sigue siendo un fuerte del equipo que lo plasma sobre el campo. El handicap del conjunto vigués sigue siendo la falta de gol que compensa con una gran labor atrás y sin encajar demasiado.
El balance de estos 18 partidos es de 6 victorias, 7 empates y 5 derrotas. Como decíamos el balance goleador es discreto con 14 dianas a favor y 17 en contra. El año comenzaba con un regusto al anterior mientras el equipo se ajustaba. Tras las tres primera jorndas puntuando con dos empates y una victoria, tres derrotas consecutivas ponían al equipo el alerta. La reacción a partir de ahí ha sido sobresliente puntuando desde la jornada 7 a la 18 en 10 de los 12 partidos disputados. El año acabó con sabor agridulce tras caer por goleada ante un Unionistas lanzado.
¿Y ahora qué?
El club encara 2019 viviendo un mes de cambios, el club ya ha anuciado las dos primeras salidas, Pablo Aguilera y Mehmed Avdic, un mes en el que se acaba la primera vuelta ante un gallito como la Cultural Leonesa en O Vao, un mes en el que buenos resultados acercarían mucho la salvación y permitirían marcarse cotas más altas y en el que los malos resultados harían caer al equipo. Los duelos del mes de enero serán Navalcarnero e Inter en casa, y Real Valladolid B a domicilio.