Los de Diego Ocampo a partir del minuto 21 dejaron bien a las claras su estado de forma actual manejados a su antojo por un Unicaja que jugó a placer casi toda la segunda mitad.
Pistoletazo de salida para los rojillos en su temporada más ilusionante, post-Fisac y en plena incertidumbre a causa del COVID-19, la próxima final a 8 de la BCL y los cambios de entrenador y jugadores.